(Adjetivo. Del griego teleutón = final y phrásis = expresión)
Quien, cuando se le pide que repita una expresión porque no se ha entendido, sólo repite la parte final.
"Me gustaría comprarme un alfajor", dice el teleutofrasto. "Perdón, ¿qué dijiste?", preguntamos, porque no pudimos oírlo. El teleutofrasto sólo responde: "Alfajor". Su respuesta nos obliga a preguntar una vez más: "¿Qué pasa con el alfajor?" En este punto el teleutofrasto suele perder la paciencia y, a veces, nos contesta con un grito. "¡Quiero comprarme un alfajor, eso dije, comprarme un alfajor!" Por alguna razón inexplicable, cree que con sólo repetir el final de su oración es suficiente para que captemos el contenido total de su intención ilocutiva. El teleutofrasto supone que podremos reconstruir el resto de la frase por el contexto. "¡Es obvio que, si estamos pasando por el kiosco y digo 'alfajor', quiero comprarme un alfajor!", dice para justificar el hecho de no haber repetido la frase completa. "Además, ¿Qué te pasa? ¿Estás sordo?", agrega enfurecido.
Hay contextos en los que el teleutofrasto se vuelve muy peligroso. Si un profesor hace una extensa enumeración y, cuando le pedimos que la diga otra vez sólo repite los últimos elementos de su enumeración, ha condenado a sus alumnos a que no puedan tomar apuntes. "Los filósofos presocráticos más famosos de Grecia Antigua son Tales, Anaximandro, Anaxímenes, Pitágoras, Heráclito, Parménides, Empédocles, Anaxágoras, Leucipo y Demócrito", dice el profesor. "¿Puede repetirlos?", pregunta un alumno. "Sí, sí: Leucipo y Demócrito. De - mó - cri - to".
1 comentario:
Cuando yo estudiaba en la facultad, tenía un profesor al que solo se le entendía la primera parte de la oración, después se iba desvaneciendo hasta terminar en la nada. Es decir, lo opuesto de un teleutofrasto. ¿Cómo sería en este caso?
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