viernes, 26 de septiembre de 2008

Detroloquio

(Sustantivo. Del latín detortum = torcido y loquus = habla)

Historia innecesaria que se cuenta luego de dar una respuesta, o en vez de ella.

Llegamos a la farmacia y pedimos aspirinas. La farmacéutica nos dice que no tiene y, acto seguido, nos cuenta que ha hecho el pedido varias veces a la droguería y nunca le han traído las aspirinas, porque los transportistas de medicamentos están en un conflicto gremial en el que se involucran patotas sindicales de bandos mestizos, entre los cuales están infiltrados algunos integrantes del sindicato de la construcción y posibles trabajadores de Bayer, la empresa líder en aspirinas, cuyos intereses se ven perjudicados dada la sospecha de que otras marcas -como Geniol- probablemente estén haciendo lobby para que las aspirinas Bayer no lleguen a las góndolas.
La única información relevante para el comprador es el "no tengo" del pedido inicial. Todo el resto es un detroloquio.

A veces el detroloquio se usa como innecesaria advertencia o inoportuno consejo. Si le pedimos al veterinario que nos indique cómo debemos hacer la mudanza de nuestras mascotas, el veterinario podría respondernos: "Tenga mucho cuidado, yo tengo un perro y la última vez que me mudé se me escapó de la nueva casa y se había ido a la casa vieja, allá, por el Patagonia, y unos vecinos me llamaron por teléfono para avisarme que el pobre bicho estaba aullando en la puerta". Como puede verse, aquí ni siquiera hay respuesta: hay una historia cuyo único efecto es el de asustar o inmovilizar a quien hace la consulta. Esa historia es un detroloquio. Lo curioso es que, aquí, justamente se consulta a alguien especializado en el tema y no sólo no se obtiene respuesta, sino que se sale de allí con más inquietudes.

Cuando alguien nos cuenta un detroloquio puede tener unas pocas razones: a) porque piensa que su historia nos puede interesar o resultar relevante; b) porque quiere ponernos sobre aviso (a veces maliciosamente) acerca de los riesgos que estamos asumiendo; c) porque es una persona solitaria y está desesperada por un poco de diálogo.

El detroloquio es uno de los recursos de quienes padecen de tumicia.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

La moraleja implícita de un detroloquio a veces puede ser la respuesta esperada.

Mafa dijo...

Jaja ¡Cuántos detroloquistas hay por Dios! ¡Muchos, de verdad!
Sin embargo gente que padece de tumicia no conozco. ;)

Sil dijo...

Ay, mi papá es así y no puedo hacer que se cure.
Por ej, si alguien le pregunta a qué hora lo puede llamar el día siguiente le dice "y, yo voy a estar ocupado lavando el auto, despues tengo q ir a la ferreteria, y despues llevo a la perra al veterinario, que calculo no me demorará mucho, así que llamame tipo 5 y media"

unServidor dijo...

No sé si te convenía hacer este post, porque resulta que un conocido tenía un blog donde habilitó los comentarios y se le llenó de espamentarios, además de un troll que quería debatir sobre la necesidad de construir edificios de tres pisos en Godoy Cruz (resulta que mi amigo es de Mendoza ciudad, pero no había posteado nada que se refiera a edificios, al menos mucho, o sea un poco sí, pero no era lo principal, y no ameritaba ese troll).
Así que cuidado, porque si tenés habilitado que comentemos para saber qué piensa uno, y... mirá, no sé, qué se yo. Acordate de mi amigo.

«—x—« dijo...

soy un detroloquista.