martes, 13 de mayo de 2008

Presordia / posordia


(Sust. Del latín pre- y sordes = suciedad)

Sensación de suciedad que transmite un objeto por el solo hecho de que en el futuro servirá como instrumento para hacer una tarea sucia.

Podemos tener reparos en limpiarnos la boca con un repasador sucio, y ese reparo es razonable. Pero si el repasador aun no está sucio -porque fue recién comprado- y aun así no queremos limpiarnos con él porque sentimos que tiene algo así como una "esencia sucia", estamos padeciendo de presordia.

El frasco en el que vertiremos el orín para el análisis, el cuchillo con el que mataremos a nuestro enemigo, el trapo con el que limpiaremos la sangre: aunque estén limpios y relucientes, y todavía no hayan tenido su primer contacto con una actividad cruenta, no los usaríamos para otros menesteres excepto aquellos para los cuales el objeto está destinado.

La presordia se complementa con la posordia, la cual puede definirse como la sensación de suciedad que transmite un objeto por el hecho de que, alguna vez, tuvo contacto con alguna tarea sucia. La presordia encuentra hoy la suciedad del futuro. La posordia, sigue encontrando una suciedad pasada que ya ha sido limpiada. Por culpa de la posordia, la ropa de personas asesinadas y las casas en las que se han cometido asesinatos son difíciles de vender: por más que los vendedores aseguren que todo ha sido limpiado, las manchas parecen persistir más allá de toda evidencia.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Motivo por el cual nunca compraría un Falcon.

Mi fobia para con esos autos excede los límites de la pre y posordia: aunque sea modelo 2008 me imagino viajando en el baúl, antes que sentado en los asientos.