miércoles, 2 de enero de 2008

Pistentimio

(Del griego pistis = creencia y enthymio = recuerdo)

Errónea creencia según la cual ciertas ideas que se nos ocurren momentánea y espontáneamente, serán recordadas cuando haga falta aplicarlas.

Suele ocurrir que, en la madrugada, a una persona se le ocurra una idea (la trama para escribir una novela; la posible resolución de un problema matemático o una palabra para Exonario) y, en ese momento, tiene la certeza de que ya no podrá olvidar aquello que se le ocurrió en la oscuridad. Con esa fuerte creencia, la persona se duerme sin haber anotado siquiera una pista de la idea. Esa persona es víctima de un pistentimio: supone que, por la mañana, se seguirá acordando de ese lúcido proceso que desembocó en la revelación nocturna. Sin embargo, al día siguiente o más tarde esa misma madrugada, cuando quiera reconstruir la idea, descubrirá que es imposible. Lo que durante la noche se mostraba como una consecuencia necesaria y evidente, al otro día será una difusa maraña de tentativas sin sentido y sin claridad.

La mejor manera de evitar el pistentimio es anotar la idea. Las víctimas del pistentimio andan por la vida creyendo que su propia memoria es un fiel anotador donde marcar pensamientos e ideas. No se dan cuenta de que incluso ese anotador es parte de la imaginación, y que la tinta con la que se escribe en ese anotador es tan volátil como cualquier otra fantasía. Sin embargo, a veces, el hecho de anotar una o dos palabras para hacer referencia a un complejo proceso de ideas no ayuda demasiado.

El pistentimio se produce por la poca capacidad que posee la mente humana de bucear dentro de sí misma.

Existe una variante doméstica del pistentimio. Considérese este caso: dos personas se encuentran por la calle y una (A) le dicta su número telefónico a la otra (B). B tiene la certeza de que recordará el número telefónico; por eso no lo anota. Sin embargo, cuando llega a su casa, B se da cuenta de que apenas tiene las hilachas del orden numérico dictado, y que ahora es incapaz de reconstruir ese número que le pareció tan evidente cuando se lo decían.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Si habremos perdido canciones, poemas completos, ideas rentables... Ahora se anota todo en cualquier papelucho antes que en el primoroso anotador imaginario.

«—x—« dijo...

Ah, Señor Mux! Yo soy un pistentímico bárbaro. Tan es así, que un día decidí empezar a llevar conmigo una libreta para anotar en el momento toda idea que se me ocurriera, y lo mismo registraba mis genialidades fugaces en cualquier superficie blanca que hallara disponible en mi casa. Pero ahora casi que dejé de hacerlo, porque descubrí que lo único que hice fue alejar mi problema un paso. Sí, ahora soy un pistentímico de segundo orden. O tal vez usted sepa inventar otra palabra mejor para referirse a aquellas personas que, como yo, anotan sus ideas en papeles sueltos y libretas, con la intención de aprovecharlas más tarde, y después se olvidan para siempre de leer y usar esas anotaciones.

The Bug dijo...

Nunca, pero nunca, nunca jamás, una palabra me ha definido tanto.
Mil millones de gracias, don Mux.
Ahora soy una persona 100% catalogable.

Anónimo dijo...

bueno yo he intentado exorcisar el pistentimio con la creencia tambien errónea de que si esa ocurrencia o idea es verdaderamente genial la recordaré con toda seguridad y si no la recuerdo es porque no valía la pena...lo peor es que ahora no me acuerdo de ningún caso...
solo queda el recuerdo de que hubo alguna vez una idea pero cual era? y con los sueños me ha pasado algo parecido, he soñado soluciones geniales a problemas filosóficos y en el sueño mismo he temido perderlas asi que soñando las he anotado en papeles que eran meros sueños... en fin...

«—x—« dijo...

yo me consuelo con el siguiente pensamiento: cuando tengo una idea original, tarde o temprano comprendo que era bastante estúpida; por otra parte, cuando realmente se me ocurre algo genial, casi siempre se le ocurrió a otro antes que a mí. (este pensamiento, que es genial, no es excepción: ya lo dijo, con otras palabras y en otro contexto, refiriéndose a sus intuiciones matemáticas, el dr. isaac asimov.)

«—x—« dijo...

como muestra de lo segundo (ideas geniales que se le ocurrieron a otro antes que a mí) hace unos días encontré en una novela de haruki murakami (autor que recomiendo encarecidamente) una frase casi idéntica a una que yo pensaba que sólo se me había ocurrido a mí.

tal vez la humanidad haya llegado a un punto de su crecimiento en que el «principio de los casilleros» de Dirichlet ya se aplica a las ideas: la cantidad de ideas posibles es insuficiente para la cantidad de personas buscando ideas. (viva malthus, carajo!)

Anónimo dijo...

releyendo la definición del señor Mux me parece genial la frase de que el pistentimio se produce por la poca capacidad de la mente humana de bucear dentro de sí misma... eso me recuerda a un fragmento de Heráclito que afirmaba que nunca se conocerían los límites del alma... esta idea la interpreté como que esto de bucear dentro de sí mismo es algo que nunca termina...
volviendo a la definción tal vez la solución no sea un anotador como guarda memoria sino un anotador con una escritura que aumente nuestra capacidad de bucear en nuestra mente...

Anónimo dijo...

señor X, no sera acaso que el problema no sea la cantidad insuficiente de ideas sino las limitaciones de nuestro lenguaje para expresar esas ocurrentes ideas geniales?.. me ha pasado que en esos sueños reveladores la reconstrución de la idea termina en algo ininteligible, tal como dice el señor Mux: sin sentido ni claridad...se me hace que es porque ese sentido y claridad lo da el lenguaje y esa nueva idea esta fuera del mismo.. tal como la idea del exonario jaja que por cierto me gustaría saber como se le ocurrió al señor Mux??