viernes, 7 de diciembre de 2007

Inescrupulapismo

VIGÉSIMO SEXTA PALABRA DEL 2º CONCURSO EXONARIO
AUTOR: Mantis
Blog: Damos Pena


(De Inescrupulosidad y Esculapio)

Doctrina de organización política y económica engorrosa y egoísta, adoptada y practicada por personas que ejercen la medicina de un modo legal pero absolutamente carente de reparos morales. De ahí que este tipo de profesionales –tanto de la medicina como de la estafa- se lo llame inescrupulapios. El inescrupulapismo es la sofisticación occidental de aquella treta mediante la cual un vecino le recomendaba a otro un curandero con el que iba a medias, o un farmacéutico amigo.

El inescrupulapio suele trabajar en conjunto con otro inescrupulapio que le responde en una suerte de simbiosis. Así, un médico general que solicita radiografía, tomografía, análisis de orina y sangre, termina beneficiando a otros tres facultativos. Un inescrupulapio se las puede ver negras a la hora de trabajar solo, y por lo general triunfa más intensamente si se dedica a la cirugía estética, aprovechándose de los incautos que empiezan a verse defectos y terminan convirtiéndose en autos tuneados de carne y hueso.

Un ejemplo clásico del inescrupulapismo es, entonces, la cirugía innecesaria, que no por nada es el procedimiento médico más costoso. Es fácil reconocer al inescrupulapio si de antemano se le avisa (ya sea mintiendo) acerca de la ausencia de ahorros, prepagas y/o obras sociales a nuestra disposición para hacer cualquier de los pasos posteriores a la primer consulta. Cuando el inescrupulapio ve que no va a conseguir lo que busca (dinero), suele decir que es estrés o colon irritable, y que se puede curar, pero que depende del paciente mismo y sus ganas de hacer ejercicio, comer sano y beber mucho líquido. Curiosamente, es únicamente en ese tipo de casos que el inescrupulapio lleva a cabo (quizá involuntariamente) una acción verdaderamente positiva sobre el estado de salud del paciente. Apendicetomías, cesáreas (a la mujer se la amenaza con la posibilidad de quedar descaderada y deformada de por vida), sesiones de fisioterapia y kinesiología y extracciones de vesícula o cálculos biliares son las prácticas más comunes dentro del inescrupulapismo. En los últimos años, siguiendo las corrientes del pensamiento general, los inescrupulapios se han volcado particularmente a la nutrición y a la veterinaria, fuentes de preocupación casi constante de una inconmensurable parte de la población mundial pero por los motivos más despreciables.

El único caso concreto de inescrupulapismo denunciado (por una secretaria arrepentida) y castigado (por la justicia) fue registrado en la edición de Septiembre del 2006 del periódico The Medical Awesomeness, de la Universidad de North Carolina. En pocas líneas, allí se cuenta la historia de un inescrupulapio de nombre Thomas McFurry, quien desesperado ante la posibilidad de no poder solventar unas vacaciones por la Polinesia, cayó en la demencia y quiso convencer a una mujer para que la misma accediese a removerse los ojos a fin de evitarse la presbicia. En rueda de prensa, el inescrupulapio confeso:

"El resfrío se cura solo, en una semana, pero yo -como hipocrático que soy-, te lo curo en tan sólo siete días. Funciona así, la cosa. La gente por lo general siempre está enferma de algo, basta con revisar hasta que ese algo aparece. Y si la persona está sana, bueno, tampoco importa tanto, porque algunos parecen entrar pidiendo enfermarse; pidiendo que les metamos un spa en el culo para curarles el vacío en sus vidas, para que los vacunemos contra la muerte, para que les amputemos el tiempo libre".

7 comentarios:

Anónimo dijo...

bien, van subiendo de nivel las palabras de este comcurso

Soy yo dijo...

Efectivamente hay muchos inescrupulapios en el mundo, quizás ninguno fue niño índigo.

Elizabeth Auster dijo...

Muy bueno, brillante y elogiado por el público de la oficina.

Mantis dijo...

Ahora resulta que necesitaban de éste artículo para saber que soy de lo mejor en esta bufonada de los bloggers.

gabrielaa. dijo...

onfalóptero!

Anónimo dijo...

Con su permiso, lo voy a copypastear.

curupisa dijo...

Yo creo, Laura, que, precisamente, son los niños índigo quienes más posibilidades tienen de acabar siendo inescrupulapios.