(Sustantivo y adjetivo. Del latín hic = aquí y maneo = quedarse, permanecer)
Objeto que no trasladamos con nosotros en una mudanza.
Hay algunas cosas que no son propiamente basura, pero al momento de una mudanza decidimos que no se vayan con nosotros al nuevo lugar. La lona sucia que hacía de techo en el patio del fondo, se queda ahí. Los ladrillos que sostenían la parrilla, quedan puestos en el mismo lugar donde hicimos decenas de asados. Colecciones de cajas, bolsas, botellas y frascos van a una bolsa de consorcio y se dejan en la calle. Ciertos adornos y enseres se regalan a amigos.
A veces, convertimos en hímano a un objeto que en verdad desearíamos llevar con nosotros, pero por cuestiones de espacio, comodidad, reglas de convivencia del nuevo lugar o dificultad para transportarlo decidimos no hacerlo. El enorme sillón tal vez no entre en el nuevo departamento; el perro tal vez no esté permitido y el placard que está empotrado en la pared demandaría mucho trabajo para quitar y transportar.
Nunca es posible predecir cuáles objetos se van a convertir en hímanos el día que nos mudemos.
1 comentario:
Yo convertí en himanos un montón de cosas por esa cuestión de los objetos cargados de recuerdos.
Ahí andan por la vida, libres. O en otras manos. Vaya uno a saber.
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