jueves, 14 de enero de 2010

Jesusto


(Sustantivo. De Jesús y susto)

Aparición celestial que de manera indeseada provoca el espanto y la huida de sus destinatarios.

Si un ángel o el mismísimo Dios se aparecieran para dar un mensaje, es posible que lo hagan con trompetas, truenos, nubes amenazantes, luces cegadoras y flores de gazol. Es muy probable que esas manifestaciones provocaran pánico en sus receptores y que, por lo tanto, el mensaje divino se viera malogrado. Por ello, si la divinidad desea dar un mensaje claro y directo a sus devotos, debe evitar el pavoneo innecesario. Las personas son miedosas, y un dios que abusara de prodigios aterrorizantes lograría un efecto paradójico: nadie repararía en él ni en su mensaje, sino en la manera de escapar de sus prodigios.  
Téngase en cuenta que el concepto de jesusto sólo se aplica si la divinidad no es demoníaca. La aparición de un demonio la mayoría de las veces tiene como objetivo la provocación del terror. En el jesusto el miedo es una consecuencia indeseada por la deidad, la cual sólo quería dar un comunicado.
A veces los gabarimoríes son jesustos por la propia extrañeza que provoca la aparición. A veces la divinidad -aun cuando fuera bondadosa y tierna- puede tener la firme intención de asustar a sus destinatarios. En este último caso, el efecto no puede llamarse propiamente jesusto.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

El rol del titiritirano es parecido al de padre de familia con muchas hijas... yo lo he visto muchas veces
y no hablo de Barreda!

Anónimo dijo...

Me equivoqué al comentar...
Comenté denuevio en la palabra correcta...
Saludos!