(Adjetivo y sustantivo. Del griego exo = fuera y therios = animal, fiera)
Animal al que se le da de comer, se le profieren caricias pero no se lo considera mascota.
Ha aparecido un gatito gris en el patio de nuestra oficina. Algunas mañanas se acerca, le damos unas caricias y una galletita. Come con tranquilidad y ronronea, y luego duerme unos minutos sobre nuestro regazo o en alguna de las macetas del patio. Al rato se va. No tenemos noticias de él hasta la semana o el mes siguiente, pero cuando vuelve se repite la misma tierna rutina. El gato es un exoterio: un animal con el que hemos establecido un tácito acuerdo de ternura esporádica, pero del cual jamás diríamos "es mío", con ese fuerte posesivo que utilizamos para referirnos a las mascotas y a las pertenencias privadas.
Los exoterios deben ser siempre animales que no están destinados a la faena. No necesariamente deben ser domésticos, pero la relación con ellos ha de ser breve, fugaz, y desinteresada. Una vaca o un cerdo a los que se alimentan para ser faenados no son exoterios (por más que estuviera presente cierta ternura). En cambio sí lo sería una paloma que de vez en cuando come migas de pan de nuestra mano o un león que se acerca acalorado para que lo abaniquemos y le arrojemos agua fría.
2 comentarios:
mux:
se que no viene al caso , pero por favor: provoqueme
atte
CHAYANE
mmm funciona tambien con humanos? que uno les da de comer, los acaricia , se quedan a dormir pero no ...son nada de uno?
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