(Sustantivo. Del latín aestas = verano y fugere = huir. Adjetivo: estífugo)
Sensación de que el verano se escurre rápidamente y sin disfrute.
Existe una época maravillosa de la vida en la cual el verano cumple con todas nuestras expectativas. Esa época es la infancia y la adolescencia. Desde el preciso instante en que se terminaban las clases, comenzaban las vacaciones de manera irreversible. El tiempo libre se prolongaba desde los primeros días de diciembre hasta mediados de marzo. Durante ese lapso, todos los días se podían disfrutar paseos en bicicleta, partidos de fútbol, salidas a piletas, campeonatos nocturnos de juegos de mesa, asados y amores de verano. No podía faltar alguna tarde o noche fascinante en algún lugar arbolado, rodeado de amigos y cigarras, con música y la promesa de algún suceso inesperado y misterioso.
Pero a medida que uno crece pierde la conciencia de esa línea tajante y visible que separaba las vacaciones de la época de obligaciones. Los días son más o menos parecidos; cada mañana hay que trabajar, pagar facturas y comprar comida. Las vacaciones (que, según la tiranía laboral, a veces duran apenas una semana) deben ser planeadas con rigor, premeditación y mucho sacrificio: no sea cosa que esos pocos días se escurran sin pena ni gloria.
Sin embargo, muchas veces, a pesar de todo lo planeado, el verano se escurre de forma vacía y sin alegrías. Apenas tenemos fugaces encuentros con la paz cuando nos sentamos sobre la reposera en el patio con un vaso de vino, pero al instante recordamos que mañana hay cosas para hacer y ya nos vamos a dormir entre lamentos y murmuraciones. Esa penosa sensación de que el verano huye de nosotros sin sol ni arena es el estifugio.
Existen situaciones especialmente estífugas. Si nos enfermamos en vacaciones, la enfermedad es estífuga. Si nuestro jefe nos obliga a trabajar doce o catorce horas por día durante enero y febrero (y el resto del año igual), el trabajo o el jefe son estífugos. Para este último caso, quizás habría que implementar otro término: el trabajo no sólo es estífugo, sino también biófugo, pues no solo nos quita el verano sino toda la vida.
El término puede aplicarse no sólo a las vacaciones de verano, sino a la sensación de que cualquier tiempo libre se escurre sin ser aprovechado ni disfrutado.
2 comentarios:
Estamos haciendo catarsis amigo Mux. Creo que su término Biófugo es mas apropiado, pues aunque no nos demos cuenta, la cosa es todo el año...
Abrazos
maravilloso , yo sin duda soy un estifugador , mi medio son los blogs de los amigos, comento pelotuces robandole con ellos alguno segundos que sumados son minutos , que sumados son horas y asi . en esta oportunidad y tras la confesion anterior que sera la segunda de muchas pues la primera trato sobre mi rara y desdichada profesion , busco preguntarle cual cree usted que pudiera ser el significado real de dos palabras desafortunadisimas que me rondan el marote y cuyo significado aun no siento acertar , una de ellas es HOSEXUALISIS , piensa usted que podria tratarse de algun estudio medico que determinase lo puto que se es mediante el conteo de alguna hormona o cosa parecida ? . la otra es : EUTANAZISMICO , cree usted que pudiera hacer referencia a simpatizantes del nunca extinto partido nacional socialista que se liquidan mutuamente tras quedar heridos de muerte y atrapaos en un terremoto , a la espera de sus concluciones quedo . muchas gracias.
atte
sebastian rafo
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