miércoles, 30 de julio de 2008

Exifidiar

(Verbo. Del lat. exilis = endeble y fiducia = confianza)

Establecer un nexo de mínima confianza con un casi desconocido.

Puede ocurrir que estamos haciendo la cola en el supermercado y debemos apartarnos por un momento, pidiéndole al que está detrás de nosotros que nos cuide el lugar. O que, en la terminal, necesitemos ir al baño y debamos confiar en que el ocasional pasajero que está a nuestro lado nos vigile la valija.

Existen indicadores de confianza entre personas. A veces, el hecho de compartir una misma situación con otros genera la idea de que tenemos un débil nexo con los que nos rodean. Gracias a esa dudosa idea, a veces apostamos a una momentánea solidaridad y dejamos por un segundo todos nuestros bienes en manos de alguien con quien sólo hemos intercambiado seis palabras: "¿Me lo cuida un segundo, jefe?"

martes, 29 de julio de 2008

Dicuscepir (o Discuscepir)

(Verbo. 3ª conjugación. Del latín dis = negación, discordancia; cupido = deseo y suscipio = hacerse cargo)

Asumir responsabilidades indeseadas.

Alguien necesita que le pasen un texto de sesenta hojas por la computadora, y uno se compromete a hacerlo. Otro nos invita a un bingo de beneficencia que se realizará el único día del mes del mes que tenemos libre, y aceptamos fingiendo entusiasmo. Un conocido nos pide que le hagamos un par de trámites burocráticos y nosotros aceptamos, sin haber reparado en que el conocido tiene más tiempo que nosotros y que, para peor, tenemos menos tiempo del que habíamos calculado.
Muchas veces las personas nos encontramos en una situación en la cual hacemos la siguiente pregunta: "¿Por qué diablos me metí en esto?". Existen, claro, personas especialmente capacitadas para dicuscepir. Estas personas son capaces de realizar durante décadas una actividad que no les reporta beneficio, les ocupa mucho tiempo y odian hacer.

lunes, 28 de julio de 2008

Dopesismo

(Sust. De la expresión "dos pesos", para hacer referencia a algo de poco valor)

Sucesión de mínimos gastos cuya acumulación suman una fortuna.

Cuando se alquila una casa, se pide un crédito o se compra un auto, se termina cayendo inevitablemente en el dopesismo. El ingenuo comprador pregunta "¿Cuánto cuesta?", y el sádico vendedor/propietario contesta con una suma nominal y despojada. Si el comprador acepta, el vendedor agregará gastos de envío, sellados, impuestos de leyes, seguros, co-seguros, certificados, credenciales, señas, intereses, prepagos, preintereses, reservas, garantías y honorarios. Cada nueva carga económica, de por sí, no representa demasiada erogación. Pero la sumatoria puede desbaratar el propósito inicial de la compra. Esa seguidilla de múltiples erogaciones conforma el dopesismo.

sábado, 26 de julio de 2008

Nou / Noi

(Palabra y definición enviadas por el sr. Jorge Tirabasso)

Formado por la partícula NO y la letra U.

"Prohibido girar en 'U' " y "Prohibido doblar a la izquierda", respectivamente
Fundamento: sintetizar el significado en una sola palabra, utilizando los componentes que el mismo incluye.

Usos: "La próxima avenida es noi", "La calle que viene es nou".

viernes, 25 de julio de 2008

Horguetilla

(de hurgar)

Extremo de la palilla para revolver café.

No he podido hallar el término con el cual se designa ese palito cuyos extremos con forma de pala apenas pueden agitar débilmente el líquido. Para mi sorpresa, mientras buscaba información, encontré que Esteban Podeti -a quien le he robado la imagen que acompaña el post la cual, dicho sea de paso, es la única imagen que encontré- ha hablado acerca de este objeto y no le ha hallado un nombre : es un "coso".

Aquí no nos referimos a todo el "coso", sino a cualquiera de los extremos cuya única -para nada óptima- función es la de revolver líquido, pero no sirve para levantarlo y llevarlo a la boca o para dispersar el azúcar del fondo de la taza o la crema de la superficie.

jueves, 24 de julio de 2008

Tregontino

(Sust. Del latín trigon = pelota dura para jugar al juego homónimo [El trigon representa metafóricamente a la cabeza] y tenus = tirón)

Método de ejecución en el cual el verdugo se para sobre los hombros del condenado y focejea hasta arrancarle la cabeza.
Los verdugos hábiles en el tregontino hacen un par de movimientos laterales con los cuales quiebran el cuello del condenado y luego, con un rápido impulso, extraen la cabeza. Cuando el verdugo es inhábil, la persona que deberá morir padece durante horas hasta que es ejecutado por otros medios.

miércoles, 23 de julio de 2008

Tallara

(Sust. Del italiano tagliarini)

Pasta alimenticia de harina en forma rectangular que se hierve y se come con salsa de tomate y queso parmesano.

Cuando las tallaras se cortan en tiras finitas se convierten en tallarines.

martes, 22 de julio de 2008

Planelocio

(Sust. Del latín planeta [éste del griego πλανήτης] = errante, y del latín locus = lugar. Se utiliza como sustantivo singular o colectivo)

Objeto o colección de objetos heterogéneos que no tienen asignados lugares donde ser guardados o depositados.
Pongamos un ejemplo y examinemos sus posibilidades. Si en nuestra casa únicamente disponemos de una biblioteca y un ropero, sólo podremos acomodar sin problemas dos clases de objetos: libros y ropa. Cualquier objeto de otra especie tendrá cuatro destinos posibles:

a) O bien se creará algún adminículo donde irá a parar todo aquello que pertenece a esa misma especie o a un género similar (por ejemplo: guardar las facturas pagadas en una carpeta con la etiqueta "gastos de la casa") ;

b) O bien el objeto vagará errante por los distintos rincones de la casa hasta terminar en alguna improvisada pila de objetos hetereogéneos por tiempo indefinido;

c) O bien, el objeto será guardado en alguno de los adminículos ya establecidos, lo que ocasionará que se pierda para siempre (por ejemplo: guardar las facturas pagadas dentro de algún libro en la biblioteca o en los bolsillos de una prenda que ya no usamos en el ropero)

d) O bien el objeto que no encaje con las estructuras ya asignadas será descartado y arrojado a la basura.

Si algún objeto sufre alguno de los destinos b) o c) diremos que es un planelocio. En el sentido etimológico: objeto que vaga errante de lugar en lugar.

lunes, 21 de julio de 2008

Colocio

(Sust. Del latín cum = reunión, cooperación y locus = lugar)

Lugar en el que se dejan objetos que no tienen un lugar fijo.

En las casas, las oficinas, los talleres y los depósitos puede existir un método para ordenar cada objeto que se va incorporando: si es un repasador, va al cajón de los repasadores. Si es un alimento, va a la alacena. Si es un libro, a la biblioteca.
Pero existen objetos que no tienen un lugar definido y se van acumulando de manera heterogénea sobre la mesa o dentro de un cajón. Esos objetos pueden ser: pequeños artefactos rotos, botones, facturas que están por vencer, papelitos con propagandas sobre eventos que nos interesan, tickets de compra de supermercados, souvenires de fiestas a las que hemos asistido, una moneda rara que apareció sin explicación.
Cualquier lugar de la casa donde nuestra pereza ha decidido instalar esos objetos -en principio, provisionalmente-, es un colocio.

El colocio es el primer indicio de domicidio.

sábado, 19 de julio de 2008

Zooempatología

(Palabra y definición enviadas por Apalabrada)

(Sust. Del gr. zoo = animal, empathos = identificación de sentimientos y pensamientos y logos = estudio)

Estudio pretendidamente científico que se atribuye la comprensión del sentir y comportamiento de los animales.

Así como Tarzán y el Dr Dolittle entendían el lenguaje de los animales, los zooempáticos creen interpretar el comportamiento de todos los animales las 24 horas del día, los 365 días del año.
Ejemplo de humanos en pretendida actitud zooempática: "Me miró con ojos de querer salir a pasear"."Digo "correa" y se pone como loco". "Aullaba como llamando a la lechuza que le hace compañía a la noche". "El rotweiller del vecino y mi loro son amigos."
Muchos humanos creen que nacieron con esa capacidad zooempática y visten ridículamente a sus mascotas como en la siguiente foto, suponiendo que al perro no le importa traicionar a su especie vistiendo el traje del enemigo.

Grave error. A él le molesta mucho. (Esta afirmación es, por cierto, zooempática)
Para eso se creará pronto el postítulo en la carrera de veterinaria para que se les enseñe a los dueños de las mascotas que si encuentran al hamster mirando el vacío, esto no significa que deban comprarle esa rueda ridícula para que de este modo le dé un sentido a su vida. O pierda peso.
La carrera incluiría la materia "Vestimenta adecuada" para mejorar de una buena vez la salud mental y dignidad de esos tiernos animalitos que conforman el simpático mundo mascoteril.


viernes, 18 de julio de 2008

Pluncio, a

(Adj. Del latín plumbeus = de plomo y nuntiator = anunciador)

Persona que anuncia muchas veces una cosa antes de hacerla.

El pluncio cuando está de visita dice: "Bueno, me voy a mi casa", pero hasta el momento en que efectivamente se retira pueden pasar dos o tres horas. En el transcurso de esas horas, repetirá con matices el anuncio inicial: "Uy, mirá qué hora es", "Ahora sí, ahora sí me voy", "Me despido", "Ya me estoy yendo".

A veces el pluncio especula con la respuesta de sus interlocutores. Cuando dice "Me voy a poner a estudiar", en realidad espera que le digan "Esperá un poco, no estudies tanto". Por eso repite la frase varias veces: para darle la chance al otro de que le diga exactamente las palabras que quiere oir.

Los pluncios más despreciables son aquellos que nos prometen algo que -supuestamente- siempre están a punto de hacer pero nunca hacen. "Esta tarde paso a arreglarte la cañería", dice un plomero pluncio todas y cada una de las tardes durante varios meses. "No pude hacerte esos papeles, me pongo a trabajar hoy mismo", dice el abogado que tramita nuestro juicio cada vez que lo llamamos.

Para que a alguien se lo pueda llamar pluncio es necesario que, finalmente y luego de muchas dilaciones, cumpla con lo que prometió. Si jamás cumple diremos que es un mentiroso.

Los pluncios son generadores de cronoclepsia.

jueves, 17 de julio de 2008

Faranar

(Verbo. Del latín for = hablar y anus = ano. Sustantivo: faranista)

1. Gritar o emitir sonidos inarticulados cuando se está defecando.

Hay personas que, para poder evacuar en paz y sin sentir vergüenza, necesitan de un ambiente solitario y con aislación sonora, puesto que sienten un enorme placer en resoplar, gemir o murmurar mientras defecan.

Sin embargo, si nos atenemos a la etimología, la expresión "faranar" se refiere a esta segunda (rara) acepción:

2. Hablar con el ano.

Existe una interpretación literal y una figurada de esta expresión. En la literal, el que farana es una persona que puede pronunciar palabras inteligibles con la emisión de gases. En casos muy raros, el faranista nace con una deformidad monstruosa: tiene una boca, dientes y lengua en su ano, y cuerdas vocales en su colon. En la interpretación figurada, se llama faranista a quien dice cosas horribles con una voz desencajada y artificial.

miércoles, 16 de julio de 2008

Escófeno

(Sust. Del griego skiá = sombra y fáino = aparecer, manifestarse)

Visión de sombras o imágenes furtivas de seres que no están presentes.

Una persona entra a su casa y cree ver un bulto oscuro que se escabulle en silencio, con cierta celeridad. El bulto desaparece cuando enciende la luz o enfoca la vista. Una mujer llega a su casa con su marido. El marido se queda en el garage. La mujer abre la puerta de su casa y ve la sombra de su marido en el baño a oscuras. Al rato cae en la cuenta de que su marido se quedó en el garage y en ningún momento entró al baño. En estos dos casos se ha estado ante la presencia de un escófeno.

A veces el escófeno es una interpretación que hace la mente a partir de ciertos datos no muy claros que se presentan a la visión periférica en la casi penumbra. Otras veces la sola creencia de que puede haber alguien en tal o cual lugar puede provocar la sensación de que se ha tenido un indicio de esa persona.

A veces, por supuesto, el escófeno es el espíritu de un muerto que nos acecha .

martes, 15 de julio de 2008

Demendo,a

(Adj. Del latín De = prefijo que denota privación y emendabilis = reparable)

Dícese del sistema cuyo diseño no permite que, en caso de desperfectos, pueda ser reparado.

Los demendos son productos de manufactura que poseen una característica en común: poseen un mecanismo que se encuentra sellado dentro de algún recipiente, pero no se puede abrir el recipiente o la parte externa. El ejemplo clásico del demendo es el de la lámpara incandescente: cuando el filamento se cortó, ya no existe fuerza en el universo que sea capaz de volverlo a unir. Aun cuando la operación pueda ser muy sencilla, el solo hecho de que el filamento esté rodeado de gas argón y de un vidrio lo vuelve inaccesible.
También son demendos los productos que están hechos con remaches o cuyas partes están unidas entre sí por pegamentos ultrarreforzados que no permiten su desmembramiento. Por el contrario, cuando un producto tiene tornillos es una clara señal de reparabilidad.

Desde hace poco más de dos décadas una gran cantidad de productos de manufactura han mutado desde ser ligeramente reparables hasta volverse demendos por completo. Las exigencias del mercado son claras: si algo se rompe, no insista con repararlo. Tírelo y cómprese otro.

El cuerpo de los seres vivos es un sistema esencialmente demendo. Los seres vivos no tenemos nada parecido a tornillos o a mecanismos reemplazables.

lunes, 14 de julio de 2008

Memutérico,a

(Adjetivo. Del latín memoria = memoria y uterus = útero)

Persona que recuerda sus vivencias intrauterinas.

Hay quienes pueden fechar el recuerdo más antiguo de su vida (el cual, en otra parte de este mismo blog, hemos llamado arzomimio) en una época anterior a su propio nacimiento. Existen diversos grados de memuterismo: está el memutérico que puede recordar apenas algún vago suceso intrauterino, el que recuerda con precisión un dolor, un aroma o un juego entre el líquido amniótico y el cordón umbilical, y está aquel que es capaz de recordar conversaciones de su propia madre que fueron oídas mientras se estaba gestando.

¿Existirá un memutérico tal que pudiera recordar el instante en que fue concebido?

domingo, 13 de julio de 2008

Semisiglar

(Palabra y definición enviadas por Julio David Auster)

(v. int., del lat. semi, medio y de siglo, con terminación verbal)

Cumplir exactamente cincuenta años.

En la vida hay momentos que nos marcan y que nos hacen reflexionar sobre lo que hemos alcanzado en la vida y lo que nos queda por alcanzar. Uno de esos momento es cuando la persona semisigla, porque el número 50 es impresionante de por sí. Pensemos que en la antigüedad a los semisiglados los consideraban ancianos llenos de sabiduría (poca gente llegaba a vivir tanto) y las distintas asambleas que formaban (senado, gerusía, etc.) son un ejemplo de ello.
Llamamos semisiglados a aquellos que han pasado la barrera del medio siglo, mientras que los que están en ese preciso momentos son los semisiglantes.

viernes, 11 de julio de 2008

Nauseador

(De náusea)

Pequeño dispositivo consistente en un mango de diez o quince centímetros en cuyo extremo hay una pala, que sirve para inducir el vómito.

Para utilizar el nauseador se debe introducir la pala en la boca, sosteniendo el mango con las manos. El contacto de la tráquea con la pala provoca náuseas e induce el vómito.

jueves, 10 de julio de 2008

Eufocia

(Sust. Del gr. eu = bueno y phótos = luz)

Iluminación bella y armónica.

El masivo y paulatino encuentro de los fulgores del amanecer; el delicado trazo pastel de un velador recortando un cono de luz contra la oscuridad; las brasas hipnóticas que quedan después del fogón; el fuego mismo del fogón; la luna naranja a punto de esconderse en el horizonte; la vela sombría y tenue que encendimos en el corte de luz para que la negrura no nos ahogue: todos estos son ejemplos de eufocia.

La eufocia nace de una desigual lucha contra la oscuridad. Por eso el soberbio sol del mediodía, el fluorescente del supermercado que no deja resquicio para las sombras, la linterna a kerosene que alumbra a lo lejos con un tono amarillento o el automóvil que irrumpe en el bosque silencioso con sus encandilantes faros halógenos no son eufóticos; son el equivalente a un grito visual, a un patético llamado de atención luminosa.

Las estrellas sólo son eufóticas de lejos, cuando se confunden con otras miles del cielo. Pero de cerca, con esa obscena manifestación de luz cegadora, son enemigas de cualquier sentido estético luminoso.

Los atelúmilos nos deparan algunos de los mejores espectáculos eufóticos.

miércoles, 9 de julio de 2008

Cicosicla

(Sust. femenino. Del latín caecus = ciego y sigla = abreviatura)

Sigla puesta en una frase sin aclarar la expresión compleja que le dio origen.

Una sigla está formada por el conjunto de las letras iniciales de una expresión. Sin embargo, Internet y el lenguaje de las computadoras -entre otros rubros- nos han legado una infinidad de siglas cuyo desciframiento es inescrutable: no sólo porque es imposible adivinar cuáles son las palabras que dieron origen a esa sigla, sino porque ni siquiera los expertos en computación saben qué significa. Palabras como "NAT", "LAN", "USB", "SUA" y "PROXY" aparecen de vez en cuando en el repertorio lingüístico de un incauto usuario de computadora cuando quiere modificar la configuración del teclado o el fondo de pantalla. En esos casos, el usuario podrá consultar manuales y foros, pero sólo encontrará información como esta: "El NAT debe ser refrescado si cambia la configuración de su LAN o si el IP de su puerto local es dinámico, siempre que no esté operando un FW ". Como podrá entenderse, no se da una explicación de la sigla, sino una pobre definición operativa: "cuando dice NAT, debe hacer X en LAN"

A veces se utilizan cicosiclas para otorgar cierto misterio a los nombres o a las palabras, como un críptico juego de lenguaje. "Mi nombre es Jorge P.A.L. Mux", "Mi bicicleta es muy buena, anda con el sistema RSSN, que se usa en Estados Unidos y Bolivia"

martes, 8 de julio de 2008

Golemizar

(Verbo intr. De Golem y polemizar)

Crear un muñeco para discutir con él.

Si estamos en casa, podemos juntar varias almohadas, ponerles peluca y sombrero, sentarlas alrededor de la mesa y compartir un almuerzo. En algún momento, debemos comenzar una acalorada disputa verbal con uno de los muñecos. La disputa deberá pasar a mayores, y el muñeco será destruido en señal de desacuerdo. Para golemizar no es necesario sufrir alucinaciones ni escuchar voces: basta con fingir que los muñecos son seres que escuchan y que responden aunque -obviamente- se sepa que tanto la pregunta como la respuesta provienen de uno mismo. En casos no demasiado patológicos, se trata de un ejercicio que combina el deseo de discutir con la necesidad de estar solo.

No sólo con almohadas se puede golemizar: el golem puede ser hecho de frutas, de maderitas, de tinta sobre un papel, de nieve, de arena o, como en la película El Náufrago, con una pelota de vóley marca Wilson.

El muñeco debe tener al menos un par de rasgos humanos -una cabeza, cierta comisura de los labios, tal vez cabello. En otras palabras: debe contener cierta forma necesaria para insuflar el espíritu golémico, pues es esencial que cuando hablamos con él podamos creer, aunque sea lejanamente, que estamos frente a un hombre.

Los niños incluyen a la golemización entre sus juegos frecuentes.
En este sitio verán una macabra golemización de bajo presupuesto protagonizada por El Tío y El Sobrino.

lunes, 7 de julio de 2008

Nosotonía

(Sust. Del gr. nósos = enfermedad y phtónos = envidia)

Deseo de enfermarse para escapar de una obligación o para ser atendido.

El nosotónico se enferma poco, pero desearía poder enfermarse más. Tiene una buena salud, y no está afectado del síndrome de Muchhäusen, ni es hipocondríaco. Sabe que, si se enfermara, podría desligarse por unos días de sus obligaciones, pero no se atreve a especular con esa posibilidad. Espera a que lleguen los días fríos y lluviosos para salir a la calle desabrigado. Si le detectan una apendicitis o se quiebra la columna siente un alivio supremo, pues los urgentes compromisos de la vida cotidiana se verán pospuestos por un largo tiempo. Los periodos de convalescencia son vividos por él como un extenso recreo lleno de consentimientos y sin horarios que cumplir. Por lo general, cuando está enfermo está de buen humor y tiene grandes deseos de visitar amigos y parientes. En cama, y con cuarenta grados de temperatura hace proyectos de viajes, reuniones y cenas. Si no fuese por la atenta vigilancia de sus familiares cercanos, el nosotónico se levantaría de su cama y correría a jugar al fútbol con sus compañeros de secundario.

El nosotónico cuando está enfermo puede mostrar una reacción paradójica: mientras está en su casa a resguardo del frío y sin obligaciones, siente un enorme deseo por ir a trabajar o por hacer esclavizantes trámites burocráticos. Todo lo que odiaba -y por lo cual quería caer en cama- ahora se le antoja apasionante y lleno de sentido.

viernes, 4 de julio de 2008

Cenotimia

(Adj. Del griego kenón = vacío y éthimos = hábito, costumbre)

Hábito de guardar envases vacíos.

El cenotímico dispone una o varias alacenas para coleccionar los frascos de mayonesa o las botellas de tomate triturado. Si tiene un galpón en el fondo de la casa, no duda en atiborrarlo de cajas y cajitas de electrodomésticos, estuches para huevos, tubos de papas fritas, bolsas de supermercado y carcasas rotas de teléfonos celulares. A veces, esta colección se hace con la esperanza -vaga- de que cada envase puede tener un destino útil. Otras veces -como con el hábito de guardar latas de cerveza o raras botellas de vino vacías - sólo se hace por el disfrute de acumular entidades esqueléticas sin contenido. La pasión del cenotímico coleccionista tiene algo de platónico: el cenotímico busca el disfrute por la forma. No le interesa la soda, le interesa el sifón. No le interesa comer pastillas tic tac; él sólo desea la preciosa cajita de plástico.

El cenotímico tiene la obsesión de conservar vacíos los envases. No consiente en que su familia le quite una o dos de sus preciosas botellas para guardar clavos o tachuelas, o que -colmo de los colmos- su mujer, en un intento por poner en orden la colección, intente guardar una caja dentro de otra, o una cantidad de estuchecitos dentro de los tubos de papas fritas: ¡Si se los utiliza para guardar a otros objetos vacíos, ya dejarán de estar vacíos!. Al cenotímico le parece que un envase vacío es un continente siempre disponible. Guardar uno dentro de otro lesionaría esa disponibilidad.

jueves, 3 de julio de 2008

Fotequérico,a

(Adj. Del griego phaulós = defectuoso; aitía = causa y kerykós = mensajero, vocero)

Persona que enuncia causas y consecuencias triviales acerca de determinados hechos, con la convicción de que está aportando información relevante.

Cuando al fotequérico le decimos "Estoy resfriado", enseguida nos responde: "lo que pasa es que hace frío, y vos ayer te mojaste con la lluvia". Si le confesamos nuestra tristeza porque se acabaron las entradas para ir a ver un partido de fútbol, él nos dice sin tapujos: "hay que sacarlas con anticipación".

A veces le contamos a nuestros amigos y parientes lo mal que nos sentimos por alguna razón, quizás con la esperanza de que ellos nos digan cómo solucionar el problema. Pero el fotequérico, en lugar de abrazarnos en silencio o en vez de mostrar una posible vía de superación, nos remarca aquellas cosas en las que hemos actuado mal.

Tampoco podemos contarle chistes al fotequérico, porque -en vez de reírse- utilizará el momento del remate para criticar con detalle nuestra manera de contarlo, o nos dirá que él lo conocía de otra manera, o, ante el chiste del loro que pide papa levantará su índice y sentenciará: "los loros no comen papa".

El fotequérico -como su etimología lo indica- es un vocero bastardo de nuestra propia conciencia. Cree que nunca se nos hubieran ocurrido las recomendaciones y reproches que él, sin autoridad, nos profiere. Lo peor de su actitud es que, cuando con hartazgo le señalamos: "Yo eso ya lo sabía", puede ofuscarse, enojarse o incluso alegar: "Yo lo digo con buena voluntad, para que te des cuenta".

miércoles, 2 de julio de 2008

Sarcófito

(Sust. Del griego sarx = carne y phitos = vegetal)

1. Mítico árbol cuyo tronco es de hueso y sus hojas de carne.

Los primeros europeos que viajaban a América relataban haber visto "árboles de carne humana, con sangre en lugar de savia y temperatura en su tronco"

2. Familia de vegetales cuyo hábitat es la carne.

El sarcófito no es un hongo, puesto que tiene clorofila. Si una semilla de sarcófito quedara por error alojada en nuestra piel, ésta comenzaría a desarrollarse, hundiendo sus raíces por debajo de nuestra carne, extendiéndose a lo largo del cuerpo.

3. Alimento preparado con carne (de res, de pescado o de ave) a la cual se le han dejado crecer sarcófitos (2).

Para preparar el sarcófito (3) hay que conseguir semillas de sarcófito (2), agregarlas a la carne unos días antes del preparado; dejar la carne a baja temperatura pero sin congelar -en lo posible, en agua-, esperar a que crezcan los sarcófitos (2) y luego llevar al horno o a la cacerola. Es conveniente elegir sarcófitos de crecimiento rápido, pues, de tardar más de tres días, la carne se abomba.

4. Alimento de origen vegetal preparado de manera tal que parezca carne, ya sea en su sabor, en su color o en su textura.

Las milanesas de soja son un sarcófito en este cuarto sentido.

martes, 1 de julio de 2008

Gabarimorí

(Sustantivo y adjetivo. La etimología es desconocida. Fonéticamente, el nombre parece derivarse de una expresión árabe o iraní)

Aparición de Jesucristo con un aspecto diferente.

A pesar de que no hay datos acerca del rostro o del aspecto físico de Jesús de Nazareth, la tradición le ha puesto un rostro de rey, caucásico, con barba, ojos claros y una contextura delgada. Sus supuestas apariciones a lo largo de la historia no parecen contradecir esta imagen. Sin embargo, hay unos pocos casos en los que Cristo se manifiesta de una manera muy distinta. En los gabarimoríes, Jesús puede aparecer con turbante, piel oscura o aceitunada, calvo, obeso, o incluso con ojos rasgados. En gabarimoríes aun más raros, aparece como mujer, como toro, como águila o cóndor o como el mismísimo Demonio.