(Sust. Del gr. nósos = enfermedad y phtónos = envidia)
Deseo de enfermarse para escapar de una obligación o para ser atendido.
El nosotónico se enferma poco, pero desearía poder enfermarse más. Tiene una buena salud, y no está afectado del síndrome de Muchhäusen, ni es hipocondríaco. Sabe que, si se enfermara, podría desligarse por unos días de sus obligaciones, pero no se atreve a especular con esa posibilidad. Espera a que lleguen los días fríos y lluviosos para salir a la calle desabrigado. Si le detectan una apendicitis o se quiebra la columna siente un alivio supremo, pues los urgentes compromisos de la vida cotidiana se verán pospuestos por un largo tiempo. Los periodos de convalescencia son vividos por él como un extenso recreo lleno de consentimientos y sin horarios que cumplir. Por lo general, cuando está enfermo está de buen humor y tiene grandes deseos de visitar amigos y parientes. En cama, y con cuarenta grados de temperatura hace proyectos de viajes, reuniones y cenas. Si no fuese por la atenta vigilancia de sus familiares cercanos, el nosotónico se levantaría de su cama y correría a jugar al fútbol con sus compañeros de secundario.
El nosotónico cuando está enfermo puede mostrar una reacción paradójica: mientras está en su casa a resguardo del frío y sin obligaciones, siente un enorme deseo por ir a trabajar o por hacer esclavizantes trámites burocráticos. Todo lo que odiaba -y por lo cual quería caer en cama- ahora se le antoja apasionante y lleno de sentido.
3 comentarios:
Comparto la paranoica opinión de otro de los comentadores de este blog (no recuerdo si fue The Bug): estoy empezando a pensar que este blog me describe.
jajaj Es histeria y es cierto.
Buenos Aires está lleno de nosotónicos...
Saludos,
Rapote
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