(Del árabe ámal = trabajo y miftah = llave)
Empleado de confianza que tiene acceso a todos los ámbitos de la empresa y a quien sus jefes delegan tareas importantes.
El amalmisto conquista a sus patrones con su capacidad de trabajo, su personalidad afable y la rápida resolución de cualquier contingencia imprevista. Si surge un inconveniente urgente en la empresa y sus jefes lo llaman a la madrugada, él no duda en salir corriendo para atenderlos. Nunca se toma vacaciones. No existen para él los domingos ni los feriados. En contrapartida, el amalmisto tiene las llaves de todas las puertas, sótanos y depósitos de la empresa. También suele tener acceso a cuentas bancarias y cajas fuertes, pero en este rubro sus jefes sólo le dejan claves cuyas cuentas tienen escaso dinero o valores de poca monta.
El amalmisto a veces da un golpe contra sus patrones, produciendo un sorprendente e inesperado robo de múltiples proporciones, aprovechándose de la confianza que han depositado en él y del conocimiento casi absoluto que posee sobre el manejo de la empresa.
2 comentarios:
Te agregué al MSN, me caiste muy simpático. Muy buen blog, saludos.
me hizo acordar al personaje de Todos los Nombres, de Saramago.
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