martes, 17 de abril de 2007

Gregocronía

(grégora= rápido; cronos=tiempo)

Sensación de que el tiempo transcurre demasiado rápido.

Existen al menos dos interpretaciones para esta acepción:

- gregocronía subjetiva: se refiere a la percepción meramente particular de que un año, un mes o un día ha transcurrido más rápido de lo habitual. Según los partidarios de la acepción subjetiva, el tiempo parece acelerarse a medida que uno va creciendo. En este caso, la gregocronía está directamente relacionada con la cantidad de acontecimientos nuevos en la vida: durante la niñez, cuando todo es nuevo, el tiempo pasa más lentamente. A medida que uno crece, las cosas comienzan a parecerse: un acontecimiento es similar o muy parecido a otro. No es lo mismo asistir a una fiesta de cumpleaños a los seis años, que a los cuarenta. A los seis, se captan matices nuevos e incitantes. A los cuarenta, un cumpleaños es más de lo mismo, y la mente lo registra como algo cuyas notas no son sobresalientes y, por eso, parece que transcurre más rápido.

- gregocronía objetiva: los partidarios de esta interpretación de la gregocronía asumen que, si una persona dice "qué rápido que ha pasado este año", eso se debe a que hay una falla en el tiempo (Entiéndase "falla" en sentido geológico, como la Falla de San Andrés) El tiempo, según esta acepción, es irregular: hay minutos más largos que otros. Así como en el espacio hay montañas, llanuras y terremotos, en el tiempo ocurre algo similar.

Los partidarios de la gregocronía subjetiva niegan la gregocronía objetiva. Estos últimos, sin embargo, suelen incluir a la primera en sus teorizaciones.

1 comentario:

yerbanohay dijo...

Entonces asumo que es mi niño interior el que sale a jugar cuando espero algún medio de transporte. Gregocronía subjetiva anacrónica, podría ser el diagnóstico?
Feliz Navidad!