(Adj. De tocar. Úsase casi con exclusividad en masculino)
Dícese de quien exhibe ciertas partes de su cuerpo y pide que lo toquen.
El tocacio suele ser un hombre que presume de sus músculos o de la tersura de su piel. Pero no le basta con generar un discurso repugnante y ególatra; sospecha que -por alguna razón- no le creemos lo que dice y nos insta a corroborarlo personalmente. "Mirá qué duros que tengo los bíceps... tocá, tocá", insiste.
Otra clase más morbosa es la de quien exhibe operaciones, heridas o inflamaciones y pide que le toquen para confirmar que sus tejidos no están bien o que se le descosió la herida. Ya bastante desagradable resulta ver los eccemas y los ganglios abultados: él, además de ofrecernos un innecesario y nauseabundo espectáculo a la vista, insiste en que comprobemos las purulencias de su desagradable cuerpo a través de otros sentidos.
En general, los tocacios suelen ser hombres. El hombre es tocacio ante mujeres y ante otros hombres. Sin embargo, la mujer -en caso de ser tocacia-, sólo lo es ante mujeres. La mujer aprende bastante temprano que no debe incitar a que los hombres la toquen, a menos que desee tener sexo.
2 comentarios:
A mí me decian "toquete", no porque tocara sin permiso, sino porque me dejaba toquetear, tal vez haya sido un simple apócope de toqueteado pero no sé. Mmm... tocacio parece un cultismo, che, pero mejor sonaría "tangito" (del latín "tango", claro).
Toquete es que el toca al tangito (o bien "retangito" si se trata de un insistente) o a cualquier otro sin consultar, "tocacio" me suena más a la acción, mientras que "tocancia" podría ser el deseo de tocar y de ser tocado. Dejo acá porque ya me estoy poniendo mimoso...
juaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa
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