(Adj. Del latín De = prefijo que denota privación y emendabilis = reparable)
Dícese del sistema cuyo diseño no permite que, en caso de desperfectos, pueda ser reparado.
Los demendos son productos de manufactura que poseen una característica en común: poseen un mecanismo que se encuentra sellado dentro de algún recipiente, pero no se puede abrir el recipiente o la parte externa. El ejemplo clásico del demendo es el de la lámpara incandescente: cuando el filamento se cortó, ya no existe fuerza en el universo que sea capaz de volverlo a unir. Aun cuando la operación pueda ser muy sencilla, el solo hecho de que el filamento esté rodeado de gas argón y de un vidrio lo vuelve inaccesible.
También son demendos los productos que están hechos con remaches o cuyas partes están unidas entre sí por pegamentos ultrarreforzados que no permiten su desmembramiento. Por el contrario, cuando un producto tiene tornillos es una clara señal de reparabilidad.
Desde hace poco más de dos décadas una gran cantidad de productos de manufactura han mutado desde ser ligeramente reparables hasta volverse demendos por completo. Las exigencias del mercado son claras: si algo se rompe, no insista con repararlo. Tírelo y cómprese otro.
El cuerpo de los seres vivos es un sistema esencialmente demendo. Los seres vivos no tenemos nada parecido a tornillos o a mecanismos reemplazables.
3 comentarios:
No estoy de acuerdo mux, los seres vivos podemos reemplazar varias partes de nuestro cuerpo a piacere.
Siempre que tengamos plata, por supuesto.
Hay muchos objetos demendo, los artefactos chinos por ejemplo.
Hablando de artefactos chinos, ¿alguien me puede explicar cómo hacen esas esferas de metal que a todas luces son huecas y tienen campanillas adentro, y a la vez son esferas perfectas, sin señales de costura, soldadura o unión en toda la superficie pulida como un espejo?
El cuerpo es demendo. Los transplantes violan a la naturaleza. A veces con buenos resultados, claro.
Publicar un comentario