domingo, 18 de febrero de 2007

Cornoterapia


Terapia alternativa para algunas enfermedades que consiste en ser arrollado por un animal que tiene cuernos.

Según los partidarios de esta clase de tratamientos, las puntas de las osamentas hacen el mismo efecto que la acupuntura o la apiterapia.

Algunos hacen más hincapié en una sustancia cerosa que tienen los cuernos y cuyo contacto con la piel humana posee propiedades curativas.

Otros postulan que la cornoterapia funciona por sugestión; simplemente por el susto y la adrenalina provocadas al ver venir a una bestia enorme con los cuernos alzados. Toreros famosos dan cuenta de que muchos problemas psicológicos o psicosomáticos disminuyeron en intensidad después de una violenta cornada.
Un alto porcentaje de quienes participan en la corrida de toros de San Fermín, sólo lo hacen por sus propiedades cornoterapéuticas.
La contradicción en torno de esta terapia se refleja de manera irónica cuando se la prescribe para combatir enfermedades como el reuma: una cornada puede causar más dolor de huesos del que (teóricamente) podría curar.

2 comentarios:

The Bug dijo...

Doy fe de los beneficios de esta terapia.
Mi kinesi�logo me ha recomendado, hacen ya de esto cinco a�os, precisamente participar en la edici�n de aquel entonces de la corrida de San Ferm�n.
Recuerdo con triste claridad el dolor de rodillas que me aquejaba y me imped�a movilizarme con normalidad.
Tal vez debido a esta misma dolencia, no fui lo suficientemente veloz como para esquivar la cornada del primer toro que me tuvo a tiro.
Debido al golpe, sufr� el desmenbramiento de la columna vertebral apenas por encima de la cadera.
El tratamiento tuvo su efecto.
Ya no siento ning�n tipo de dolor en la rodilla. A decir verdad, ya ni siquiera siento las piernas.

Anónimo dijo...

a pesar de las ironías de the bug (poor bugger! what´s bugging you?), la cornoterapia tiene una tradición milenaria en oriente en sus dos formas,(1) el consumo de cuernos molidos añadidos a las infusiones y (2)el ser arrollado por un animal cornudo.

Pensemos en nuestro querido Rovira, (Raúl Acha Sanz, esposo de la cándida Conchita Martínez). Este celebérrimo torrero nunca dejó de recomendar la cornoterapia y de hecho gracias a él se popularizó en toda latinoamérica en la década del '50.