domingo, 4 de febrero de 2007

Chongarita

Juego en el cual cinco o seis personas se cubren con una frazada o sábana y patean a otra que está descubierta, desnuda e indefensa (probablemente atada o acorralada)

El juego se aprovecha de la impunidad colectiva: si bien todos los que están cubiertos patean, nadie puede decir que sus propias patadas han golpeado a un indefenso, puesto que ninguno podía ver dónde pateaba y cualquiera puede acusar al resto. A su vez, la persona descubierta e indefensa no puede decir quién la pateó.

Existe un juego erótico de características similares, salvo por el hecho de que se intercambian los puntapiés por caricias prepotentes o penetraciones. Este juego es conocido como "chongarita de prepo" y ha sido inmortalizado por Karmelo Restelli.

Por extensión, también se llama así a cualquier actividad casi ilegal, contravencional o antiética que, si bien no puede imputársele a una persona determinada, sí puede adjudicarse a un grupo claramente identificable.

Otra acepción simplemente nombra a una pateadura sin previo aviso, sin motivo aparente y en lugares del cuerpo difíciles de alcanzar con los pies (como la cabeza, el cuello o la nariz).

1 comentario:

The Bug dijo...

Solamente escribo para añadir un dato curioso: se supone que el origen de la chongarita está relacionado con una vieja creencia pagana que nació en épocas previas a la inquisición.
Cuenta la historia que cuando un niño moría a causa de haberse meado en la cama (bah, en realidad sus padres lo cagaban a patadas hasta matarlo por haberse meado en la cama), su alma pasaba a formar parte de un fantasma donde se agrupaban todos los espíritus de los niños fallecidos en esa forma tan trágica.
También según la leyenda, este fantasma corporativo salía por las noches a cobrar venganza de los padres que maltrataban a sus hijos. El fantasma, si bien no encontraba a los padres maniatados o arrinconados, los agarraban dormidos y les daban una tunda para que escarmienten.
Eso sí, a veces se les iba la mano y los espíritus de los padres fallecidos porque sus hijos se meaban la cama (bah, porque el fantasma de los hijos... blah, blah, blah, blah) formaban parte de un fantasma que por las noches perseguía al otro fantasma y... bueno, pero eso ya es otra historia.