(Sustantivo. Del griego en = prefijo que indica dirección interna; krátos = poder, fuerza y -osis: patología)
Situación en la que, por condiciones externas, un individuo o grupo de individuos se ve en una situación de poder de la que no puede renunciar.
Los individuos afectados de encratosis se encontraron, quizás de modo inesperado, al mando de un país, de un ejército o de una empresa. Tal vez porque, antes, renunciaron el presidente y el vicepresidente; quizás porque murieron los generales a cargo o se fugaron los integrantes del directorio. El hecho es que, sin saber cómo, una persona que hasta ayer cumplía con un puñado de órdenes rutinarias, hoy asume el mando absoluto y es responsable de todas las decisiones importantes. Sabe que no está preparada para afrontar las vicisitudes de un poder no deseado, y espera con alivio el momento de su renuncia. Sin embargo, se le hace saber que, si renuncia, todo será peor; el país caerá en las garras de la anarquía; el ejército se desbandará o la empresa dejará a miles de trabajadores en la calle. Así, el súbito y temeroso empoderado se encuentra preso de una continua y tortuosa situación de poder de la que no puede desprenderse.
La encratosis es la contracara del síndrome de Hybris. En este último caso, el síndrome se caracteriza por una distorsión de la propia imagen y una necesidad de perpetuarse en el poder. En la encratosis, en cambio, la necesidad de esa perpetuación no surge del individuo que ejerce el poder, sino de un entorno que lo obliga a seguir ejerciéndolo. Hay que distinguir, también la encratosis de la microarquía.
No hay comentarios:
Publicar un comentario