(Adjetivo y sustantivo. Del griego a = negación; angizzo = tocar y méra = parte)
Dícese de la parte defectuosa de un sistema que no se desea examinar por temor a que ya no funcione.
Cuando un sistema posee prodiasteria, es decir, cuando opera a pesar de evidentes signos de destrucción, a veces es mejor que no se lo intente arreglar. La computadora enciende aunque se quemó el ventilador, la placa de video está suelta en el interior del CPU y la memoria RAM fue orinada por un gato. Usted sabe que, si se le ocurriera mover o limpiar algo, quizás la máquina deje de funcionar para siempre. Tal vez, si intenta limpiar la memoria RAM, de manera involuntaria contamine con orín la placa madre; si cambia el ventilador moverá la placa de video que está suelta y generará un coctel peligroso. Algunos sistemas se mantienen operativos precisamente porque no queremos arreglarlos: nuestra intervención sólo complicaría las cosas. Nuestro propio cuerpo es anangiómero en muchos sentidos: decidimos que la operación de juanetes o el arreglo de los dientes puede generar mayores problemas que este estado de dolor y mala masticación que padecemos.
Los anastolpios son típicos objetos anangiómeros.
La diferencia entre los anastolpios, los objetos con prodiasteria y los anangiómeros es que, en los dos primeros casos, los remiendos y arreglos son deseables y contribuyen a su (precario) funcionamiento. En cambio, en los anangiómeros la reparación pone en peligro la funcionalidad.
Definiciones y términos que no figuran en el diccionario ("Exonario" no figura en el diccionario, pero sí figura en Exonario)
martes, 29 de noviembre de 2011
lunes, 28 de noviembre de 2011
Encoleguizar (se)
(Verbo. De colega)
Considerarse colega de personas que saben más que uno, que tienen más experiencia o que poseen cargos de mayor jerarquía o de rangos diferentes.
Un alumno de profesorado rinde su última materia con un veterano profesor. Si en el momento en que aprueba ya se considera colega y par del docente, se dice que se encoleguizó. A pesar de que el título sea el mismo para ambos (uno lo obtuvo recién, y el otro treinta años antes) resulta chocante que el alumno recién examinado se ponga a la par del maestro o que, incluso, le hable como si fueran iguales. El encoleguizado cree que la similitud de título lo pone al mismo nivel que otra persona, y no duda en dar consejos o hacer comentarios cómplices: "Y, colega, vio usted lo poco que estudian los alumnos en este último tiempo"; "Yo le recomiendo que no explique los teoremas en clase, colega; creo que usted es demasiado bueno".
En los ámbitos laborales hay encoleguización cuando existe asimetría jerárquica aunque el cargo posea un nombre similar: "El señor Conte es gerente general. Yo soy gerente del área Caramelos, así que somos colegas"; "Ella es presidenta de la nación, yo soy presidente de la subcomisión de la asociación colombófila; seguro que me va a escuchar porque somos colegas"
El término "encoleguizarse" tiene una cercanía semántica con "egreta". La diferencia es que el encoleguizado de hecho posee un título, mientras que el egreta se comporta como egresado cuando en realidad todavía no terminó su carrera.
Considerarse colega de personas que saben más que uno, que tienen más experiencia o que poseen cargos de mayor jerarquía o de rangos diferentes.
Un alumno de profesorado rinde su última materia con un veterano profesor. Si en el momento en que aprueba ya se considera colega y par del docente, se dice que se encoleguizó. A pesar de que el título sea el mismo para ambos (uno lo obtuvo recién, y el otro treinta años antes) resulta chocante que el alumno recién examinado se ponga a la par del maestro o que, incluso, le hable como si fueran iguales. El encoleguizado cree que la similitud de título lo pone al mismo nivel que otra persona, y no duda en dar consejos o hacer comentarios cómplices: "Y, colega, vio usted lo poco que estudian los alumnos en este último tiempo"; "Yo le recomiendo que no explique los teoremas en clase, colega; creo que usted es demasiado bueno".
En los ámbitos laborales hay encoleguización cuando existe asimetría jerárquica aunque el cargo posea un nombre similar: "El señor Conte es gerente general. Yo soy gerente del área Caramelos, así que somos colegas"; "Ella es presidenta de la nación, yo soy presidente de la subcomisión de la asociación colombófila; seguro que me va a escuchar porque somos colegas"
El término "encoleguizarse" tiene una cercanía semántica con "egreta". La diferencia es que el encoleguizado de hecho posee un título, mientras que el egreta se comporta como egresado cuando en realidad todavía no terminó su carrera.
domingo, 20 de noviembre de 2011
Cumpleaños
EXONARIO CUMPLE CINCO AÑOS.
Mil trescientas palabras nuevas en el idioma español.
Doscientas palabras hechas a partir de colaboraciones de lectores.
Hace cinco años publiqué la primera palabra de este blog: nosófobo.
Dentro de poco, un libro.
¡Salud!
miércoles, 16 de noviembre de 2011
Taquinicia
(Sustantivo. Del griego taxús = veloz y niké = victoria. Adjetivo: taquinítico)
Capacidad de lograr una victoria en el inicio del juego.
El boxeador taquinítico abate a su oponente en los primeros segundos del primer round. El ajedrecista taquinítico ejecuta un jaque mate con unas pocas movidas iniciales (El mate pastor es un ejemplo de táctica taquinítica). En el Mortal Kombat, Sub Zero derrota a Reptile con taquinicia con dos combos y un uppercut apenas iniciada la lucha.
La taquinicia se vale de un ataque sorpresivo y audaz en el instante en que el oponente apenas está elaborando sus estrategias. Si ese ataque falla y la victoria no se concreta, es posible que el oponente pueda recobrarse y ganar una ventaja decisiva.
En algunos juegos se realiza un pacto de no agresión por algún tiempo (táctica conocida como "no rush", es decir: "no arrasar de entrada") para que ambas partes puedan desplegar sus estrategias sin desgastarse repeliendo ataques repentinos, virulentos y sin cuartel.
Capacidad de lograr una victoria en el inicio del juego.
El boxeador taquinítico abate a su oponente en los primeros segundos del primer round. El ajedrecista taquinítico ejecuta un jaque mate con unas pocas movidas iniciales (El mate pastor es un ejemplo de táctica taquinítica). En el Mortal Kombat, Sub Zero derrota a Reptile con taquinicia con dos combos y un uppercut apenas iniciada la lucha.
La taquinicia se vale de un ataque sorpresivo y audaz en el instante en que el oponente apenas está elaborando sus estrategias. Si ese ataque falla y la victoria no se concreta, es posible que el oponente pueda recobrarse y ganar una ventaja decisiva.
En algunos juegos se realiza un pacto de no agresión por algún tiempo (táctica conocida como "no rush", es decir: "no arrasar de entrada") para que ambas partes puedan desplegar sus estrategias sin desgastarse repeliendo ataques repentinos, virulentos y sin cuartel.
lunes, 14 de noviembre de 2011
Crepundiar
(Verbo intransitivo. Del latín crepundia = sonajero. Adjetivo: crepundioso o crepundoso)
Golpear arrítmicamente con los dedos una superficie sólida.
Las personas ansiosas crepundian haciendo una "escalerita" sonora con sus dedos sobre el escritorio o la pared, como si estuvieran tocando un piano invisible que sólo hace un único molesto sonido. El crepundiar no tiene una intención semántica; es un efecto de descarga ante la ansiedad de una espera. Si ese mismo sonido se realiza para seguir el ritmo de una canción, ya no es un crepundiar: para que lo sea, es necesario que los golpecitos sean cortados, toscos, penetrantes y persistentes. Quienes escuchan al crepundoso comienzan a tener el mismo estado de crispación que él.
Puede denominarse crepundiar, también, al golpeteo que se hace con un objeto de uso manual, como un bolígrafo o una llave.
Se suele crepundiar cuando se está en una sala de espera durante mucho tiempo: cualquier situación en la que uno debe mantenerse quieto, tranquilo, inerte y sin tomar decisiones es buena para crepundiar.
Golpear arrítmicamente con los dedos una superficie sólida.
Las personas ansiosas crepundian haciendo una "escalerita" sonora con sus dedos sobre el escritorio o la pared, como si estuvieran tocando un piano invisible que sólo hace un único molesto sonido. El crepundiar no tiene una intención semántica; es un efecto de descarga ante la ansiedad de una espera. Si ese mismo sonido se realiza para seguir el ritmo de una canción, ya no es un crepundiar: para que lo sea, es necesario que los golpecitos sean cortados, toscos, penetrantes y persistentes. Quienes escuchan al crepundoso comienzan a tener el mismo estado de crispación que él.
Puede denominarse crepundiar, también, al golpeteo que se hace con un objeto de uso manual, como un bolígrafo o una llave.
Se suele crepundiar cuando se está en una sala de espera durante mucho tiempo: cualquier situación en la que uno debe mantenerse quieto, tranquilo, inerte y sin tomar decisiones es buena para crepundiar.
jueves, 10 de noviembre de 2011
Cronoquiasma
(Sustantivo. Del griego chrónos = tiempo y xiásma = cruce en forma de x)
Cruce de dos vectores temporales paralelos.
Existe una teoría pedestre acerca de los mundos paralelos: hay infinitos universos que transcurren en paralelo con el nuestro. Si los universos son cercanos, las diferencias entre ellos y el nuestro son mínimas. A medida que pensamos en un universo más alejado, las diferencias se van haciendo más notorias. Hasta donde conjeturamos, no se han presentado cruces entre estos universos paralelos.
Pero imagine que usted es lanzado a un mundo paralelo en el que (supongamos) el cielo es verde. Dialoga con sus conocidos y descubre que ellos se comportan de modo familiar, con la única diferencia de que ellos afirman que el cielo siempre fue verde. Usted se ha cruzado a un mundo paralelo cercano. Pero si a su vez, el habitante original de ese mundo-de-cielo-verde fue a parar al mundo que antes era de usted (al "mundo-de-cielo-azul"), se han dado dos cruces entre un tiempo paralelo y se ha generado un cronoquiasma. La persona del "mundo de cielo verde" ahora vive en el "mundo de cielo azul". Ambos (el usted del mundo de cielo azul y el usted del mundo de cielo verde) se han cruzado en sus respectivos mundos paralelos y ahora no les queda más remedio que vivir en esos respectivos nuevos mundos.
Es esperable que un nuevo cronoquiasma los restaure a sus mundos originales, pero eso es improbable: hay tantos mundos paralelos que quizás un nuevo cruce temporal sólo los envíe a mundos cada vez más lejanos.
Existe una noción de cronoquiasma aun más compleja: una misma persona se desdobla en dos o tres mundos paralelos, como si su yo se subdividiera para existir en simultáneo en varios mundos paralelos a la vez. Esta noción trae complicaciones metafísicas: ¿qué diferencia a un yo-desdoblado-de-mí- mismo y a un yo de un mundo paralelo que no es producto de un desdoble? La pregunta es casi imposible de formular y en rigor está conectada con el problema de la identidad a través de mundos posibles: El Jorge Mux de un mundo paralelo, ¿soy yo? ¿O es otro Jorge Mux? ¿Qué cuenta como criterio de identidad interuniversal? ¿Cuántos de los Jorges Muxes de mundos paralelos son yo, y cuántos no son yo? ¿En cuántos mundos paralelos Jorge Mux no es un ser humano, sino una cafetera?
(La palabra "mundo" no significa "planeta"; en el sentido aquí usado es sinónima de "universo")
Cruce de dos vectores temporales paralelos.
Existe una teoría pedestre acerca de los mundos paralelos: hay infinitos universos que transcurren en paralelo con el nuestro. Si los universos son cercanos, las diferencias entre ellos y el nuestro son mínimas. A medida que pensamos en un universo más alejado, las diferencias se van haciendo más notorias. Hasta donde conjeturamos, no se han presentado cruces entre estos universos paralelos.
Pero imagine que usted es lanzado a un mundo paralelo en el que (supongamos) el cielo es verde. Dialoga con sus conocidos y descubre que ellos se comportan de modo familiar, con la única diferencia de que ellos afirman que el cielo siempre fue verde. Usted se ha cruzado a un mundo paralelo cercano. Pero si a su vez, el habitante original de ese mundo-de-cielo-verde fue a parar al mundo que antes era de usted (al "mundo-de-cielo-azul"), se han dado dos cruces entre un tiempo paralelo y se ha generado un cronoquiasma. La persona del "mundo de cielo verde" ahora vive en el "mundo de cielo azul". Ambos (el usted del mundo de cielo azul y el usted del mundo de cielo verde) se han cruzado en sus respectivos mundos paralelos y ahora no les queda más remedio que vivir en esos respectivos nuevos mundos.
Es esperable que un nuevo cronoquiasma los restaure a sus mundos originales, pero eso es improbable: hay tantos mundos paralelos que quizás un nuevo cruce temporal sólo los envíe a mundos cada vez más lejanos.
Existe una noción de cronoquiasma aun más compleja: una misma persona se desdobla en dos o tres mundos paralelos, como si su yo se subdividiera para existir en simultáneo en varios mundos paralelos a la vez. Esta noción trae complicaciones metafísicas: ¿qué diferencia a un yo-desdoblado-de-mí- mismo y a un yo de un mundo paralelo que no es producto de un desdoble? La pregunta es casi imposible de formular y en rigor está conectada con el problema de la identidad a través de mundos posibles: El Jorge Mux de un mundo paralelo, ¿soy yo? ¿O es otro Jorge Mux? ¿Qué cuenta como criterio de identidad interuniversal? ¿Cuántos de los Jorges Muxes de mundos paralelos son yo, y cuántos no son yo? ¿En cuántos mundos paralelos Jorge Mux no es un ser humano, sino una cafetera?
(La palabra "mundo" no significa "planeta"; en el sentido aquí usado es sinónima de "universo")
martes, 8 de noviembre de 2011
Equipendio
(Sustantivo. Del latín aequus = igual y pendere = colgar)
Punto de equilibrio entre la subestimación y la sobreestimación.
¿Cómo sé si la charla que di frente a alumnos ingresantes fue clara e inteligible? ¿Cómo sé si no resultó demasiado infantil, muy repetitiva o incluso ofensivamente básica; o si mas bien fue inextricable, carente de ejemplos, exigente o para especialistas? ¿Les hablo acerca de cómo se acota el error relativo de un sistema de ecuaciones no lineales resuelto por el método de Newton Rawson, o mas bien les explico que dos mas dos es cuatro?
Estas y otras situaciones nos demandan que sopesemos con precisión nuestras acciones, pues cualquier corrimiento de ese punto de equilibrio produce una situación socialmente negativa. Cada escenario exige un equipendio diferente, de acuerdo a las personas con las que nos relacionemos. No hay manera de determinar de antemano el punto de equilibrio y muchas veces, en rigor, tampoco puede determinarse a posteriori.
Punto de equilibrio entre la subestimación y la sobreestimación.
¿Cómo sé si la charla que di frente a alumnos ingresantes fue clara e inteligible? ¿Cómo sé si no resultó demasiado infantil, muy repetitiva o incluso ofensivamente básica; o si mas bien fue inextricable, carente de ejemplos, exigente o para especialistas? ¿Les hablo acerca de cómo se acota el error relativo de un sistema de ecuaciones no lineales resuelto por el método de Newton Rawson, o mas bien les explico que dos mas dos es cuatro?
Estas y otras situaciones nos demandan que sopesemos con precisión nuestras acciones, pues cualquier corrimiento de ese punto de equilibrio produce una situación socialmente negativa. Cada escenario exige un equipendio diferente, de acuerdo a las personas con las que nos relacionemos. No hay manera de determinar de antemano el punto de equilibrio y muchas veces, en rigor, tampoco puede determinarse a posteriori.
viernes, 4 de noviembre de 2011
Mecanocosmia
(Sustantivo. Del griego eu = bueno; mechané = máquina y cósmos = orden. También puede usarse: eumecanocosmia. Adjetivo: mecanocósmico)
Sensación agradable que produce observar a una máquina funcionando correctamente.
Un automóvil que se desplaza en silencio, sin chirridos ni frenazos bruscos; los engranajes de un reloj vistos al desnudo, cuyas ruedas, áncoras y resortes se mueven de manera cadenciosa y en equilibrio; un secarropas que gira sin desbalancearse ni golpetear. Da placer observar esos procesos puramente mecánicos que se desarrollan en armonía, de forma ordenada, sin quejas, rechinares o resistencias. La mayoría de los artefactos nuevos son mecanocósmicos. A medida que el objeto va envejeciendo, puede pasar por diversos anastolpios hasta volverse ergonófago; puede sufrir mecanomas y prodiasteria, hasta convertirse en un mecanismo coprokinético y volverse, finalmente, un ronodetro.
Sensación agradable que produce observar a una máquina funcionando correctamente.
Un automóvil que se desplaza en silencio, sin chirridos ni frenazos bruscos; los engranajes de un reloj vistos al desnudo, cuyas ruedas, áncoras y resortes se mueven de manera cadenciosa y en equilibrio; un secarropas que gira sin desbalancearse ni golpetear. Da placer observar esos procesos puramente mecánicos que se desarrollan en armonía, de forma ordenada, sin quejas, rechinares o resistencias. La mayoría de los artefactos nuevos son mecanocósmicos. A medida que el objeto va envejeciendo, puede pasar por diversos anastolpios hasta volverse ergonófago; puede sufrir mecanomas y prodiasteria, hasta convertirse en un mecanismo coprokinético y volverse, finalmente, un ronodetro.
miércoles, 2 de noviembre de 2011
Ibuprofeta / Ibuprofecía
(De ibuprofeno y profeta / profecía)
Ibuprofeta: Adjetivo.
1. Dícese de quien adquiere habilidades proféticas tras ingerir una medicación leve.
2. Dícese de quien adquiere una habilidad profética poco predictiva y de corto alcance, presuntamente producto de una medicación mal administrada. El ibuprofeta tiene clarividencias como las siguientes: "Esta tarde te tropezarás con una piedra y en verdad os digo, no te caerás pero te asustarás un poquito"; "Veo venir en tu futuro que irás al kiosco a comprarte un alfajor"; "Siento en mi alma que pronto tu destino cambiará e irás al baño a orinar". Quienes rodean al ibuprofeta lamentan que ese especial estado de vaticinador se malgaste en predicciones tan poco sustanciosas.
Ibuprofecía: Sustantivo. Estado místico profético inducido por un medicamento casi inocuo.
En rigor, un ibuprofeta puede entrar en ibuprofecía casi con cualquier estimulante: un café, un mate, un plato de fideos o la propia dopamina de su cerebro.
Ibuprofeta: Adjetivo.
1. Dícese de quien adquiere habilidades proféticas tras ingerir una medicación leve.
2. Dícese de quien adquiere una habilidad profética poco predictiva y de corto alcance, presuntamente producto de una medicación mal administrada. El ibuprofeta tiene clarividencias como las siguientes: "Esta tarde te tropezarás con una piedra y en verdad os digo, no te caerás pero te asustarás un poquito"; "Veo venir en tu futuro que irás al kiosco a comprarte un alfajor"; "Siento en mi alma que pronto tu destino cambiará e irás al baño a orinar". Quienes rodean al ibuprofeta lamentan que ese especial estado de vaticinador se malgaste en predicciones tan poco sustanciosas.
Ibuprofecía: Sustantivo. Estado místico profético inducido por un medicamento casi inocuo.
En rigor, un ibuprofeta puede entrar en ibuprofecía casi con cualquier estimulante: un café, un mate, un plato de fideos o la propia dopamina de su cerebro.
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