miércoles, 16 de marzo de 2011

Pinchacrotos

(Adjetivo. Del verbo pinchar y el argentinismo croto: vagabundo, andrajoso)

Dícese de quien exige que los pobres y los más débiles deban rendir cuentas exhaustivamente por cada ayuda que reciben. 

Al pinchacrotos no le molesta que las empresas de telefonía, los personajes de la farándula y los herederos multimillonarios derrochen el dinero que reciben de fuentes éticamente discutibles y nunca del todo blanqueadas. "Si tienen dinero, que lo gasten como quieran", afirma sin menoscabarse. Con respecto al origen de ese dinero, tiene un eslógan que lo inmuniza ante cualquier alegato en contra: "Si Fulanito fue tan inteligente para ganar quinientos mil dólares por mes, ¿por qué lo vamos a criticar? ¿Por haber sido más despierto que nosotros, que laburamos todo el día por dos pesos?"
Ahora bien, a los pobres los mide con una vara diversa. Si por casualidad el pinchacrotos decide donar diez pesos por mes a un comedor comunitario, desea inmiscuirse en la contaduría de esa institución para saber qué están haciendo con su dinero, pues no sea cosa que a los destinatarios les llegue más comida de la que pueden comer, o que después de almorzar tiren los restos de polenta y grasa que quedan en los platos, o que los asistentes se queden de sobremesa jugando al truco y fumando cigarrillos. Tiene la hipótesis de que a los desvalidos hay que ayudarlos, siempre y cuando se los siga de cerca y se evalúe cada acción que ejecutan: el indigente debe mostrar que merece esa campera vieja y agujereada que están por donarle; debe hacer méritos para que se la obsequien. Y si luego de habérsela donado descubre que el vagabundo la usa poco o la deja tirada donde puede, el pinchacrotos murmurará, arrepentido y furioso: "Para eso le di la campera a este infeliz".

El pinchacrotos suele ser de clase media o clase media baja.

La expresión "pinchacrotos" se refiere a la acción de interpelar al más débil, de ponerlo en un aprieto  y aguijonearlo (de ahí lo de "pinchar") para investigar sus méritos ante la dádiva.

2 comentarios:

Ricardo dijo...

¡Si no los vigilás la guita se va por la canaleta del juego y la droga! Y en pascuas -que se acercan- por la canaleta del chocolate y... eh... ¿el vino mistella?

Saludos.

José Pepe Parrot dijo...

Si no los marcas a presión se lo gastan en Paco...

En mi pueblo (que a esta altura ya se parece al mítico Pago Chico) había varias viejas que donaban cosas frunciendo la napia y luego iban a controlar, in situ, que su "generosidad" fuera bien empleada.
Así como se lo cuento.