(Adjetivo. Del latín labans = vacilante y sedere = sentarse)
Quien hace tambalear su silla cuando está sentado.
Para los labísedos, estar sentado implica un movimiento trabajoso; un malabarismo que pone a prueba la resistencia del asiento. El labísedo pone la silla en dos patas o en una; la mueve de atrás hacia adelante. Se sienta con el trasero, con las rodillas, a veces en el borde, a veces muy atrás. El labísedo provoca una enorme incomodidad en quienes lo observan, pues parece que está siempre a punto de caerse. Los dueños de la silla añaden otra preocupación: que los movimientos y rechinares del labísedo terminen por romper la silla.
En sentido metafórico, también puede llamarse así a la persona que continuamente amenaza con remover a alguien de su despacho. Quien está buscando ocupar un alto cargo, se dice que "serrucha el piso" de sus superiores, es decir: desea que su asiento tambaleé hasta caerse. Dado que el sillón y el despacho son símbolos de poder y de seguridad, el labísedo es el que intenta corroer ese poder.
Definiciones y términos que no figuran en el diccionario ("Exonario" no figura en el diccionario, pero sí figura en Exonario)
martes, 31 de julio de 2012
lunes, 30 de julio de 2012
Bulanero
(Adjetivo. Contracción de Bulanerótico. Del griego boulé = voluntad; an- = prefijo negativo y eros = deseo, amor)
Quien cree que dejó de ser atractivo por una cuestión circunstancial.
Si una mujer dice: "Desde que me cambié el peinado los hombres ya no me dicen cosas por la calle", esta mujer es bulanera. Si un hombre dice: "Las chicas ya no se fijan en mí. Es que mis músculos están caídos, porque hace tres días que no voy al gimnasio", es un bulanero. El bulanero sospecha que el cambio de una variable única y fácilmente reversible, lo convertirá de nuevo en objeto de deseo. En verdad no tiene en cuenta que su atractivo ha ido disminuyendo de modo paulatino, y que existe un conjunto de hechos que se fueron confabulando para dejar minusválido a su poder de seducción: calvicie, pelo pajoso, sobrepeso, piel descuidada, olor a sudor, arrugas, rasgos de tristeza o preocupación, descuido en la vestimenta, un contexto poco propicio para el cortejo, muchos hijos pequeños, falta de ingenio y pesadez en el habla. El esplendor y la gracia que se tenía a los veinte y quizás a los treinta, ha ido mermando sin detenimiento a partir de los treinta y cinco. Sin embargo, algunas trampas mentales nos hacen creer que el atractivo perdido está al alcance del gimnasio, del maquillaje, de la ropa. Decimos: "Si hiciera unas abdominales todos los días, en un mes estoy hecha un bombón nuevamente"; "Si me maquillara una maquilladora profesional, volvería a ser una belleza"; "Si me pongo el pantalón blanco y el cárdigan rojo, mato mil". Y de vez en cuando ponemos manos a la obra, pero con resultados deplorables: la panza no baja con las abdominales; los granos no se ocultan con el maquillaje, y el cárdigan rojo sólo quedaba bien durante los años ochenta en las fiestas del secundario.
Algunos bulaneros asumen una actitud sorprendente: deciden que no quieren ser atractivos, y que por ello no hacen gimnasia, o no se maquillan, o descuidan su ropa. "Yo prefiero seguir siendo gorda. Porque si bajo unos kilos, se me tiran los hombres encima"; "No, yo ya ni voy al gimnasio. Mirá, la última vez que hice bíceps un montón de chicas me pidieron el número de teléfono. Yo ya tengo novia; no quiero serle infiel". Esta clase de bulaneros convierte a su fealdad en un supuesto escudo contra los perjuicios de la belleza. Fingen que el sex appeal es un mal que los obliga a ser infieles, y por eso asumen que la calvicie, la obesidad y el descuido personal son anclas de la fidelidad. Por eso, los bulaneros chantajean a sus parejas: "¿Me quieres a tu lado, María? Entonces déjame estar gordo, pelado y mugriento. Pues si empiezo a estar más lindo otra querrá estar conmigo, y yo no soy de fierro"
domingo, 29 de julio de 2012
Notas en radio
Después de la nota en diario La Nación, me hicieron varias notas radiales. Otras quedaron pendientes para la semana que viene.
Agradezco las notas que me hicieron de:
- Radio El Mundo, AM 1070.
- Radio Mitre Córdoba
- Radio Nacional Buenos Aires (programa de Eduardo Anguita)
jueves, 26 de julio de 2012
Nota en diario La Nación
El diario La Nación en su versión digital publicó hoy una nota sobre el libro Exonario.
Este es el enlace.
Este es el enlace.
martes, 24 de julio de 2012
Desemburgar (se)
(Verbo intransitivo. De des, en- y burgo)
Quitarse momentáneamente una actitud o costumbre burguesa.
A la persona aburguesada se la reconoce por su afición a la comodidad del hogar, al trabajo sin esfuerzo y, en general, a cualquier actividad que no implique alejarse de ciertos básicos placeres suntuarios y cotidianos. No es fácil sacar al aburguesado de sus rituales, pero si se pudiera lograrlo, lo habremos desemburgado.
Cuando un hombre sale a la calle un día de lluvia, y descubre que está mejor allí, al aire libre, que encerrado en su estudio. O cuando decide participar de una marcha a favor de la despenalización de la marihuana, en lugar de quedarse en su living fumándola. O cuando saca del ropero la ropa cara, de marca, que alguna vez compró en una tienda bacana pero nunca usó, y decide regalarla al primero que pase por la calle. En todos estos casos, la pereza doméstica se ve sacudida; el ritmo de la vida prolijamente cómoda se trastoca, pero por un rato: la persona se ha desemburgado. Sin embargo, quien se desemburga vuelve de manera inexorable a sus costumbres. Votará, circunstancialmente, por el partido obrero; pero a los pocos días apoyará de nuevo a los conservadores. Tirará las paredes y transformará su departamento en un loft, pero un mes después volverá a levantarlas. Saldrá a cazar jabalíes con cuchillo en invierno, en medio del monte; pero estará a las siete de la tarde frente al televisor, bañadito y con su vaso de whisky, en la seguridad de su casita bien amoblada y calefaccionada.
lunes, 23 de julio de 2012
Melobio
(Sustantivo. Del griego mélos = melodía y bios = vida)
Ser cuyo ecosistema vital es la música.
El melobio es un hipotético ser inmaterial que vive entre notas musicales. Su tiempo de vida está confinado a la duración de los sonidos. Cuando hay silencio, el melobio se queda sin su entorno vital y muere como una persona sin oxígeno. Cuando la música se prolonga durante horas, pueden surgir muchos melobios en una misma sesión.
Aunque por sus características inmateriales el melobio es indetectable para la mayoría de las personas, existen profesionales con un oído especialmente entrenado que pueden dar cuenta de su presencia. Según estos profesionales, el melobio canta de manera sutil junto a la música. A veces marca el ritmo; a veces sigue la melodía. A veces recita en voz baja una letanía en un idioma desconocido. A veces insulta y amenaza a los músicos por la calidad del ecosistema que le han creado.
Cada tipo de composición musical crea entornos para melobios de características diferentes. La música de Bach permite la aparición de melobios taciturnos, oscuros y propensos a la poesía existencialista. La música de Rafaella Carrá genera un melobio verborrágico que parlotea con agitación, voz chillona y casi sin pausa.
domingo, 22 de julio de 2012
Prestifanía
(Palabra y definición enviadas por Alejandro Arjona)
(Sustantivo. Del latín Praestigium = Prestigio y del griego pháino = manifestarse.)
Revelación en la cual, esperando obtener ayuda de un ser sobrenatural, arcano, divino o demoniaco, se presenta o intercede un personaje famoso (o infame) de la historia.
Si a usted le preocupa un examen de matemáticas, y en esa situación le pide ayuda a Dios y frente a la evaluación se presenta Einstein y le da las respuestas; si a la hora de dar un discurso le ruega a su santo particular que le brinde inspiración y en una foto tomada durante el evento aparece junto a Hitler, ha sido afectado por una Prestifanía.
miércoles, 18 de julio de 2012
Mirióbolos
(Sustantivo. Del grigeo mýrias = diez mil y bállo = arrojar)
Cada una de las innumerables piezas que quedan desperdigadas en el piso cuando se vuelca un receptáculo o una caja.
Los miróbolos siguen apareciendo muchos días después de que un recipiente se haya caído: bolitas, piezas de rompecabezas, alfileres, tachuelas. No importa cuán exhaustiva haya sido nuestra recolección posterior a la caída: seguiremos encontrando mirióbolos durante semanas y meses; incluso en lugares alejados y recónditos.
jueves, 12 de julio de 2012
Pusilágrafe
(Adjetivo. Del latín pusillus = pequeño, mezquino y del griego gráphos = escritura, diseño)
1. Dícese del docente que utiliza poco el pizarrón.
Muchos docentes grafican su dilatada exposición oral en el aula con pequeños e inexpresivos trazos en el borde del pizarrón. Con esos garabatos incomprensibles y miserables, pretenden ilustrar todo el contenido de esa clase.
2. Dícese de quien suele expresarse con elocuencia en la oralidad, pero no puede ni desea volcar esa elocuencia en un texto escrito.
Es frecuente encontrar a personas que hacen un excelente uso de la retórica y la persuasión en sus actos de habla, pero que son totalmente inútiles para expresarse por escrito.
3. Dícese del escritor que odia el acto de escribir.
Hay escritores a quienes les gusta haber escrito, pero detestan estar escribiendo o, peor aun, tener que escribir. Por extensión, también se aplica el término a la persona (sea o no escritor) que debe escribir un texto y vive postergando su ejecución. Las tesis doctorales, los papers de investigación, los informes, los balances, las sentencias judiciales: hay gente a la que se le paga por escribir esos textos, aunque ellos tratan de evitarlo todo lo posible.
4. Persona que no escribe en las redes sociales, aunque participa de ellas.
El pusilágrafe en esta acepción jamás deja un comentario ni opinión en Facebook. Sabemos, sin embargo, que lee todo lo que se pone, porque un día nos lo cruzamos por la calle y ahí sí, en la oralidad, se atreve a expresarnos lo que opinaba sobre la presidenta, sobre la religión católica y sobre los partidos neonazis. En la red social, por escrito, fue incapaz de explayarse. Ahora, cara a cara, no tiene problemas en declararse en desacuerdo con todo lo que decían Juan, Pedro y María. Pero él, por las dudas, jamás blanquea por escrito ese desacuerdo.
miércoles, 11 de julio de 2012
Revista Para Ti recomienda comprar Exonario
La revista Para Ti, en su edición del 6 de julio, pone a Exonario entre sus recomendaciones de compras.
martes, 10 de julio de 2012
Vestiplecio
(Sustantivo. Del latín vestis = ropa, vestimenta y plexus = tejido, entrelazado)
Abrazo que se dan las prendas de vestir cuando están en el lavarropas o colgadas en la soga.
Cuando vamos a sacar la ropa de la lavadora, ya retorcida por la fuerza centrífuga, descubrimos que las mangas de la camiseta se han anudado como enredaderas alrededor del pantalón; que los calzoncillos terminaron embrollados con las medias; que los cordones de las zapatillas se han revolcado con los trapos rejilla . Luego, en el tendedero, el viento coloca las botamangas del pantalón sobre la campera; la camisa pasa sus puños por el trasero de la minifalda y la sunga se dobla en pliegues frenéticos hasta quedar encimada sobre el corpiño. Las prendas lavadas y luego tendidas al sol muestran entre sí una especie de amor que es a la vez impúdico, desinhibido, abstracto y silencioso.
sábado, 7 de julio de 2012
Crasear
(Palabra y definición enviadas por Margarita Grandotto)
(Verbo intransitivo. De crasis: unión de dos palabras en las que una de ellas pierde una parte. Sustantivo: craseo)
Actividad que requiere de al menos dos componentes, en la cual se pierde una parte de esos componentes.
Un ejemplo de craseo es la preparación de mayonesa: se crasea con huevo y aceite, pues del huevo solo se usa la yema y se descarta la clara.
domingo, 1 de julio de 2012
Libro "Exonario" a la venta
En los catálogos de Random House Monadori (Editorial Sudamericana) aparece "Exonario" como novedad.
A partir de este mes en todas las librerías de Argentina y de Uruguay.
Aquí los detalles de la publicación.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)