(Sustantivo. Del griego exo = fuera, del exterior y leípo = dejar)
1. Pieza que suele sobrar después de armar un mueble.
2. Pieza que suele quedar afuera después de arreglar un artefacto.
Los muebles que vienen embalados traen todas las piezas y las instrucciones necesarias. Sin embargo, siempre hay alguna madera (o plástico o tornillos, o lámina, o metal) cuya colocación y utilidad resultan insondables. ¿Para qué sirve esa cajita cuadrada que viene con las maderas del futón? ¿Por qué hay un trozo de tela entre los materiales para construir una cama de hierro? ¿Dónde se pone el pituto de plástico que supuestamente va en las puertas del placard? Aunque las instrucciones indican algún uso de ese exolepto, no podemos descifrar dónde va, cómo se coloca ni por qué habría de ser útil.
Lo mismo ocurre cuando desarmamos un reloj y lo volvemos a armar: siempre (y esto es una regla general), siempre hay alguna pieza que no puede volver a colocarse.
El término también puede utilizarse para las piezas que quedan afuera después de armar una carpa. No se aplica, desde luego, a una pieza que es efectivamente sobrante: para que sea un exolepto, se necesita que la pieza tenga una verdadera función en el sistema.
Definiciones y términos que no figuran en el diccionario ("Exonario" no figura en el diccionario, pero sí figura en Exonario)
martes, 31 de enero de 2012
jueves, 26 de enero de 2012
Encerecer (se)
Julio Cobos, político argentino encerecido. |
1. Multiplicar una cifra por cero.
2. Ocupar una posición equiparable a la del cero a la izquierda de un número: Alberto podría haber sido el actor principal de la obra de teatro, pero prefirió ser el acomodador.
3. Realizar un conjunto de acciones cuyo resultado final es la invisibilidad de tales acciones y del sujeto que las realiza: Trabajó una semana preparando la torta para el cumpleaños, pero el día de la fiesta llegó la nuera con una mesa dulce comprada que se llevó todos los aplausos.
4. Aparecer en una reunión junto a alguna persona más brillante, elocuente o bella que uno: José hoy vino con su amigo Adrián. Todas las miradas estaban puestas en la larga cabellera rubia de Adrián, quien no paraba de contar anécdotas asombrosas con humor. José quedó encerecido al lado de él
5. Desaparecer misteriosamente de un ámbito (laboral, político, televisivo) después de haber tenido una notoria participación en él. Por lo general, se aplica a personas que se hicieron famosas por sus polémicas: ¿Alguien sabe qué le pasó a Pedro, que ya no se pelea con nadie por el Facebook?
6. (Dicho de las obras de un escritor o pintor) Quemar o destruir todas las obras: No quiso divulgar sus trabajos y antes de morir decidió encerecerlos.
martes, 24 de enero de 2012
Paleosemia
(Sustantivo. Del griego paláios = antiguo y sema = señal, signo, significado)
Lo que dicen las palabras a través de su etimología.
La mayoría de los términos de un idioma tienen su origen en palabras cuyo significado era muy diferente al actual. Por ello, cada vez que pronunciamos una oración en español hacemos un espontáneo, inconsciente y ligeramente absurdo poema en latín, griego o árabe. Quien dice, por ejemplo, "Estoy entusiasmado con ir a la capital", traducido a paleosemia está diciendo "Estoy poseído por un dios con ir a la cabeza", dado que "entusiasmado" proviene del griego en-theós-tymós, que puede traducirse por "tener un dios en el alma", y capital proviene del latín caput, que significa cabeza. "Me copié en el examen" se traduciría, curiosamente, por "Me hice de una gran provisión de enjambres", pues "copia" en latín significa "aprovisionamiento" y "examen" significa "enjambre". "En la antártida no hay canícula" se traduciría por "En el lugar donde no hay osos, no hay perritas", pues "Antártida" significa "lugar contrario al ártico", y "ártico" viene de "arktos", que significa "oso" en griego y "canícula" (en alusión al verano) significa "can pequeño" en latín (pues en el hemisferio norte se ve la constelación del Canis Minoris en verano). "Tiene un cáncer en el hígado" se transforma en "Tiene un cangrejo en el higo".
Lo que dicen las palabras a través de su etimología.
La mayoría de los términos de un idioma tienen su origen en palabras cuyo significado era muy diferente al actual. Por ello, cada vez que pronunciamos una oración en español hacemos un espontáneo, inconsciente y ligeramente absurdo poema en latín, griego o árabe. Quien dice, por ejemplo, "Estoy entusiasmado con ir a la capital", traducido a paleosemia está diciendo "Estoy poseído por un dios con ir a la cabeza", dado que "entusiasmado" proviene del griego en-theós-tymós, que puede traducirse por "tener un dios en el alma", y capital proviene del latín caput, que significa cabeza. "Me copié en el examen" se traduciría, curiosamente, por "Me hice de una gran provisión de enjambres", pues "copia" en latín significa "aprovisionamiento" y "examen" significa "enjambre". "En la antártida no hay canícula" se traduciría por "En el lugar donde no hay osos, no hay perritas", pues "Antártida" significa "lugar contrario al ártico", y "ártico" viene de "arktos", que significa "oso" en griego y "canícula" (en alusión al verano) significa "can pequeño" en latín (pues en el hemisferio norte se ve la constelación del Canis Minoris en verano). "Tiene un cáncer en el hígado" se transforma en "Tiene un cangrejo en el higo".
jueves, 19 de enero de 2012
Algofaltina
(Sustantivo. De algo y falta)
Mala costumbre de resaltar lo que falta o lo que faltó hacer.
"Muy ricos los canelones. De verdad, exquisitos. Los mejores que probé en mi vida. Pero les faltó un poquito de sal", dice el comensal con algofaltina, dando a entender que la omisión de ese mínimo detalle desbarata irremediablemente la perfección del plato. La persona con algofaltina tiene una especial capacidad para encontrar (y señalar) casi invisibles defectos y carencias: "Veo que hicieron un trabajo excelente. Pintaron y revocaron toda la casa. De verdad hermosa, los felicito. Ah, pero acá, justo debajo del calefón, les quedó un lugar sin pintar. Miren, acá, detrás del lavatorio, se olvidaron de revocar esta partecita. ¿Ven?". El padre con algofaltina le recrimina a su hijo, después de ver el boletín: "Nueve setenta de promedio. ¿Y por qué no diez?". La algofaltina es un padecimiento que no permite visualizar la magnitud de un trabajo hecho, sino la proporción (a menudo exigua) de la tarea que queda por hacer. Un jefe con algofaltina es peligroso, porque siempre le parecerá que sus empleados no realizan bien sus tareas: "Sí, estuvieron tres días sin dormir acomodando las sesenta toneladas de mercadería en los exhibidores. Pero, ¿qué hace ahí esa cajita todavía en el depósito, sin acomodar?"
Quien tiene algofaltina suele utilizar miticodas y, en muchos casos, es propriorista.
Mala costumbre de resaltar lo que falta o lo que faltó hacer.
"Muy ricos los canelones. De verdad, exquisitos. Los mejores que probé en mi vida. Pero les faltó un poquito de sal", dice el comensal con algofaltina, dando a entender que la omisión de ese mínimo detalle desbarata irremediablemente la perfección del plato. La persona con algofaltina tiene una especial capacidad para encontrar (y señalar) casi invisibles defectos y carencias: "Veo que hicieron un trabajo excelente. Pintaron y revocaron toda la casa. De verdad hermosa, los felicito. Ah, pero acá, justo debajo del calefón, les quedó un lugar sin pintar. Miren, acá, detrás del lavatorio, se olvidaron de revocar esta partecita. ¿Ven?". El padre con algofaltina le recrimina a su hijo, después de ver el boletín: "Nueve setenta de promedio. ¿Y por qué no diez?". La algofaltina es un padecimiento que no permite visualizar la magnitud de un trabajo hecho, sino la proporción (a menudo exigua) de la tarea que queda por hacer. Un jefe con algofaltina es peligroso, porque siempre le parecerá que sus empleados no realizan bien sus tareas: "Sí, estuvieron tres días sin dormir acomodando las sesenta toneladas de mercadería en los exhibidores. Pero, ¿qué hace ahí esa cajita todavía en el depósito, sin acomodar?"
Quien tiene algofaltina suele utilizar miticodas y, en muchos casos, es propriorista.
martes, 17 de enero de 2012
Desparido
(Adjetivo. De des y parir)
1. Dícese de quien siente que hay algo importante para hacer, pero se encuentra continuamente imposibilitado de hacerlo.
¿Imagina lo que sentiría si usted tuviera que parir, pero pasaran los años y no pudiera hacerlo? El desparido sufre esa sensación: hay algo en él que espera por liberarse, por mostrarse al mundo, pero nunca puede manifestarse. Siempre hay un obstáculo que se interpone entre lo que debe hacer y la acción efectiva. Muchas veces el desparido no sabe exactamente qué debe hacer; todo lo que tiene es la sensación de que hay algo importante, que ese algo importante se viene postergando desde hace mucho tiempo, y que cada suceso de su vida (dormir, comer, bañarse, trabajar, ganar dinero, tener hijos, vomitar, divertirse, entristecerse, nadar en el mar, respirar) es una distracción o un impedimento que sólo retrasa de manera indefinida lo que debe suceder.
2. Feto que se niega a salir del vientre de su madre.
El desparido lleva una vida completamente intrauterina. Pasa su niñez, su adolescencia y su vida adulta sin conocer la luz del día y alimentado por el cordón umbilical.
1. Dícese de quien siente que hay algo importante para hacer, pero se encuentra continuamente imposibilitado de hacerlo.
¿Imagina lo que sentiría si usted tuviera que parir, pero pasaran los años y no pudiera hacerlo? El desparido sufre esa sensación: hay algo en él que espera por liberarse, por mostrarse al mundo, pero nunca puede manifestarse. Siempre hay un obstáculo que se interpone entre lo que debe hacer y la acción efectiva. Muchas veces el desparido no sabe exactamente qué debe hacer; todo lo que tiene es la sensación de que hay algo importante, que ese algo importante se viene postergando desde hace mucho tiempo, y que cada suceso de su vida (dormir, comer, bañarse, trabajar, ganar dinero, tener hijos, vomitar, divertirse, entristecerse, nadar en el mar, respirar) es una distracción o un impedimento que sólo retrasa de manera indefinida lo que debe suceder.
2. Feto que se niega a salir del vientre de su madre.
El desparido lleva una vida completamente intrauterina. Pasa su niñez, su adolescencia y su vida adulta sin conocer la luz del día y alimentado por el cordón umbilical.
martes, 10 de enero de 2012
Vacaciones
Me he tomado unas pequeñas vacaciones de Exonario, al menos por unos días. En estos momentos estoy trabajando con mi tesis doctoral, de modo que trato de invertir el mayor tiempo posible en ese tema. Las palabras y las definiciones se siguen acumulando, pero al menos por este mes la publicación será casi nula, con la promesa de retomar en breve con el mismo ritmo de cuatro o cinco palabras por semana. (Como se sabe, las promesas están para ser incumplidas, pero espero que no sea este el caso.)
Muchas gracias y nos vemos pronto.
miércoles, 4 de enero de 2012
Charla en TedX Rosario
Este es el video de la charla que di en TedX Rosario el pasado 16 de septiembre.
Hablé sobre lo que hago en este blog.
(Últimamente el blog tiene poca actividad, pero se debe a que tengo poco tiempo. Las palabras y las definiciones se están acumulando en los borradores. En cuanto tenga menos trabajo, espero retomar el ritmo normal)
Suscribirse a:
Entradas (Atom)