(Sustantivo. Del latín con = junto, completo; pro = continuidad y ludus = juego)
Juego que contiene entre sus reglas la posibilidad de continuar jugándolo una vez terminado.
Aunque la definición parece complicada, en realidad es bastante fácil distinguir a un juego comproludio de aquel que no lo es.
Las calesitas son comproludios: dentro del propio juego, es posible sacar la sortija, lo que permite continuar jugando. En cambio, el pool no es comproludio porque ninguna regla interna del juego permite seguir jugándolo una vez terminada la partida; ni tampoco hay reglas que permitan ganar bolas para que el juego se extienda. En todo caso se puede jugar un nuevo partido de pool, pero este nuevo partido no está conectado con el anterior. Muchos videojuegos son comproludios, en tanto pueden obtenerse "vidas" o incluso créditos para continuarlo (en el caso de videojuegos, para que sean comproludios, es necesario que su trama permita jugar indefinidamente. Se trata de juegos que pueden "darse vuelta", esto es: una vez que se llega al final de la trama, esta recomienza una y otra vez hasta que ya no queden vidas) El tatetí, el royal ludo, las damas y el ajedrez no son comproludios, pues dentro de las partidas de estos juegos no hay reglas que permitan "ganar" partidas extras o "vidas".
En los comproludios, existe la posibilidad de jugar indefinidamente con una sola ficha o boleto inicial. Es posible, en principio, pagar una vez el ticket de la calesita y luego sacar la sortija por toda la eternidad -o, al menos, hasta que el calesitero decidiera cerrar. Podría pensarse, no obstante, en una calesita que jamás cierra sus puertas por culpa de un cliente endemoniado que saca continuamente la sortija (A su vez, para ello, es necesario pensar en un calesitero endemoniado que no detiene jamás la calesita, ni de noche, ni con lluvia, ni con el paso de las décadas)
El comproludio contiene el estímulo y la ilusión del juego eterno y recursivo. Nos promete que si entramos en sus reglas, podremos estar sometidos a ellas por siempre, como si gracias a ellas tuviésemos la chance de escapar del destino de vejez, enfermedad y muerte que nos espera a todos. La sortija es un objeto creador de futuro: nadie muere en las vísperas, ni con la sortija recién ganada en mano.
3 comentarios:
No necesariamente alude al juego en sí, ya que por ejemplo jugar a la pelota (a la pelota, es decir, en el potrero o en el patio de la escuela en hora libre) o al metegol con la premisa de que el ganador sigue jugando es una especie de comproludio.
Saludos! vi tu libro en Uruguay pero estaba carísimo, ya me lo cruzaré en alguna librería local.
Hola, Jorge: la verdad es que tu Exonario me recuerda mucho, digo muchísimo al Diccionario de Coll (Primera edición año 1975), que tengo en mi biblioteca desde 1981.Te confieso que no miré todavía las entradas de tu blog. Seguramente serán ingeniosas como aquellas otras. En fin, ya lo decía el rey Salomón: No hay nada nuevo bajo el sol. Un saludo.
Mux: el Mundial sería un comproludio? porque el que gana clasifica al siguiente...
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