(Sustantivo. Del latín post = posterior y paro = disponer)
Si un preparativo es la disposición de algo para una finalidad posterior, el posparativo es la disposición de algo una vez que se ha logrado esa finalidad.
Ciertas herramientas y utensilios requieren de preparativos y de posparativos. Una vez finalizada la pintura, es necesario lavar cuidadosamente los pinceles y la pistola de gravedad, purgar el compresor, levantar los papeles del piso, limpiar las manchas de pintura del piso, las paredes y las manos; lavar la ropa y ordenar un sinfín de herramientas.
Muchas veces la finalidad buscada es deseable y placentera: el momento en el que efectivamente se está pintando la pared es relajante, pero requiere de preparativos y posparativos tan trabajosos que lo convierten en un yugo intolerable. Es más, quizás la procrastinación es producto no tanto del trabajo en sí, sino de los preparativos y los posparativos.
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