martes, 1 de febrero de 2011

Califiacar

(Verbo intransitivo. De calificar y fiaca; argentinismo por pereza, cansancio. Sustantivo: califiaca)

1. Sentir desgano y cansancio a la hora de corregir exámenes y trabajos prácticos.

Aun los docentes que aman su trabajo en el aula califiacan ante la montaña de tareas que se llevan a sus casas para evaluar. A los alumnos hay que proponerles actividades; cuanto más complejas y versátiles sean, más competencias podrán ponerse en juego. Pero la complejidad y versatilidad dificultan y ralentizan la evaluación: un trabajo que requiera respuestas uniformes u opciones múltiples puede calificarse con rapidez. En cambio, una actividad que permita gran variedad de respuestas (algunas incluso inesperadas) hace que la tarea de corrección lleve un tiempo imposible de calcular. Por eso, si un docente califiaca en este sentido, es probable que también califiaque en su segunda acepción:

2. Poner notas a las apuradas, sin haber evaluado correctamente a un alumno.

La calidad de una nota depende, en grandísima medida, del estado anímico del docente. Por eso no es imposible que ante el cansancio, las presiones hogareñas, varias copas de más o el urgente deseo de mandar todo al diablo, una maestra o un profesor no presten la debida atención a las hojitas garabateadas que con tanto esmero, carátula y folio han entregado sus alumnos. En este caso decimos que la nota es una califiacación: una apreciación prácticamente arbitraria, recortada y desatenta. El que califiaca tiende a poner notas homogéneas altas, pues una baja nota implica la multiplicación del trabajo (discusión con el alumno, la preparación de más actividades, un nuevo proceso de calificación) aunque, de todos modos, nunca es la nota máxima (pues distinguir finamente entre un ocho y un diez implica un grado de atención extra). La califiacación se puede realizar cuando se acomodan ciertos valores según la siguiente escala:

- Si el trabajo es aceptable a pesar de ciertos errores, el califiacador le pondrá: "aprobado" o "7,50"
- Si es excelente, aunque con algún error mínimo, el califiacador le pondrá: "aprobado" o "7,50"
- Si está por debajo de lo aceptable y contiene gruesos errores, el califiacador le pondrá: "aprobado" o "7"
- Si es muy escueto, pero en lo poco que pone se logra visualizar algún atisbo de respuesta correcta, el califiacador le pondrá "aprobado" o "7"
- Si el alumno entrega un trabajo muy extenso, el califiacador automáticamente pondrá "aprobado" o "7", porque se evidencia un grado de aplicación al estudio o, al menos, a escribir muchas páginas.
- Si es un mamarracho, el califiacador le pondrá "aprobado menos" o "6,50" (lo que, por aproximación, da "siete")
- Si entrega la hoja en blanco, el califiacador pondrá "aprobado" o "6,50", con un comentario: "Te ha faltado completar la tarea. Esfuérzate más la próxima vez"
- Si el trabajo es sobresaliente, su lectura es agradable, la creatividad del alumno es superior y las respuestas incluyen sobrecogedoras reflexiones en las que se relacionan problemas de múltiples disciplinas, el califiacador le pondrá "aprobado" o "7", con una severa recomendación: "Las respuestas están correctas, pero estamos hablando del crecimiento de las plantas, querido, no de las relaciones entre biofísica, psicología cognitiva, mecánica cuántica, neurofilosofía, química orgánica y aspectos cualitativos de la conciencia fenoménica. Debes focalizarte en el tema que estamos tratando, no en otros temas"

1 comentario:

Eva dijo...

Esta entrada tendría que haber sido publicada en diciembre, para llamar a la reflexión a los docentes califiacadores como yo...