(Sustantivo. Del grigeo
mýrias = diez mil y
bállo = arrojar)
Cada una de las innumerables piezas que quedan desperdigadas en el piso cuando se vuelca un receptáculo o una caja.
Los miróbolos siguen apareciendo muchos días después de que un recipiente se haya caído: bolitas, piezas de rompecabezas, alfileres, tachuelas. No importa cuán exhaustiva haya sido nuestra recolección posterior a la caída: seguiremos encontrando mirióbolos durante semanas y meses; incluso en lugares alejados y recónditos.
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