miércoles, 10 de octubre de 2012

Mecánimo

(Sustantivo. Del latín mechanicus = mecánico y animus = movimiento / anima = alma)

Mecanismo que se pone en funcionamiento de manera arbitraria y sin razón aparente.

Los mecánimos más conocidos son las alarmas de viviendas y automóviles. A veces, aunque no hubiera un detonante, las sirenas y bocinas se disparan como enloquecidas y ensordecen a todo el barrio. Las causas de esa repentina y exagerada reacción mecánica serán para siempre un enigma: no se forzaron las puertas ni las ventanas; no hubo viento y no había nadie cerca; como si el rudimentario sistema antirrobos pudiera decidir por sí mismo cuándo activarse.
Otro ejemplo del mismo tenor está dado por los teléfonos celulares: algunas veces los teléfonos, por sí solos, hacen llamadas sin que su dueño haya marcado el número. Un caso similar ocurre cuando, a veces, los timbres se activan sin que nadie los haya tocado.
En el caso de una alarma, un timbre o un teléfono, podemos sospechar que hay algún tipo de mal funcionamiento, y en rigor no se trataría de un auténtico mecánimo: para asignarle este nombre, el mecanismo debe iniciar su rutina de manera asombrosamente autónoma. En esos casos, un mecánimo puede ser un televisor que se enciende aun sin conexión eléctrica; la pava que se calienta sin que la hornalla esté encendida o el botón de descarga del inodoro que se activa estrepitosamente sin que nadie lo accione. Dada la aparente imposibilidad de su puesta en marcha autónoma, los mecánimos se comportan como si, efectivamente, tuvieran un alma interior.


1 comentario:

Alejandro A dijo...

Muy buena palabra.
Por la etimología, pienso que también podría referirse a aquellos movimientos o acciones que hacemos de forma inconsciente; ejemplo: cuando entramos a un baño y prendemos la luz, aún sabiendo perfectamente que está cortada o que no la necesitamos porque la iluminación natural es suficiente.