(Adjetivo. Del latín parvus = pequeño y clades = calamidad)
Dícese de quien da malas noticias mínimas.
El parióclido comienza su conversación llevándose las manos a la cabeza y preparando el clima para su relato: "No sabés lo que me pasó...". Esperamos el desarrollo de una tragedia, pero de inmediato nos cuenta una historia banal y anodina: "Se me acabó el shampoo... Estoy hecho un desastre".
A veces, las terribles historias son sólo rumores o especulaciones acerca de intrascendentes hechos del futuro inmediato: "Se viene una terrible...", anticipa para generar intriga: "Parece que los palos de golf aumentan un cinco por ciento a partir del año que viene"
Curiosamente, el parióclido no suele preocuparse por generar el clima de suspenso cuando de verdad le ocurre una desgracia.
Hay mucho parióclido suelto en las agencias de publicidad. Sobre todo de champuses y jabones antibatracios.
ResponderEliminarConozco gente así, muuucha.
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